Una anécdota de Óscar Ramírez que el actual Alajuelense debería tener presente

Artículo de Opinón. El técnico Óscar Ramírez fue un estratega que marcó tendencia en el país por su particular sentido analítico de plantear los partidos. Siempre un fue un David ante cualquier Goliat, pero su equipo competía

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Era un martes 22 de octubre del 2013.

Una fuerte lluvia bañaba la Ciudad de México y Liga Deportiva Alajuelense le abrió la puerta a un huracán de críticas que cayó sobre el América de Miguel ‘Piojo’ Herrera y siete seleccionados mexicanos que se jugarían el repechaje ante Nueva Zelanda para ir al Mundial de Brasil 2014.

El equipo manudo firmó ese día una de las páginas doradas de su centenaria historia. Con el histórico Estadio Azteca como escenario, el equipo liguista, comandado por el técnico Óscar Ramírez, derrotó a las Águilas en su nido y los dejó fuera de la Concachampions.

Todos teníamos claro quién era David y quién era Goliat en esa serie.

Sin embargo, los mexicanos enfrentaron a un equipo que tenía un técnico bien “jodido” y a un grupo de jugadores que seguían al pie del renglón el plan de juego que el timonel dictaba.

Los manudos presentaron en su nómina solamente a dos jugadores que un año después estarían en Brasil para la copa del mundo (Patrick Pemberton y Johnny Acosta), el rival tenía a Moisés Muñoz, Francisco Javier ‘Maza’ Rodríguez, Juan Carlos ‘Topo’ Valenzuela, Paul Aguilar, Miguel Layún, Juan Carlos Medina y Raúl Jiménez. Todos ellos, junto al Piojo, encararon un mes después el repechaje intercontinental ante Nueva Zelanda luego de un tremendo papelón del Tri en la eliminatoria mundialista.

Alajuelense no enfrentó a cualquier América, esas Águilas ganaron títulos en su torneo local y eran una versión de la Selección de México. Equipazo.

Llegué a la Ciudad de México dos días antes del partido. El ‘Piojo’ me atendió ese domingo por la tarde en el Centro Pegaso de Alto Rendimiento y tenía claro que debía derrotar al cuadro tico y respetó al técnico rival sobre todo por el buen juego planteado en el Alejandro Morera Soto.

Para el Macho, el fútbol tiene una pizca de ajedrez.

Si el rival le movía una pieza, él tenía claro cómo contrarrestar. O bien, también tenía la humildad de replegarse, aguantar el aguacero y esperar una única jugada para hacer el daño. Como el Santos de Guápiles le ganó al cuadro manudo este domingo.

Ramírez potenciaba a sus jugadores para modificar el sistema de juego cuando el partido lo requería, lo saben muy bien Johan Venegas y Giancarlo ‘Pipo’ González.

Ese técnico, que algunas veces fue poco comprendido, tenía claro que si tenía pocos arrestos para ganar, tenía que preparar el partido de ida para no salir goleado y mantener la esperanza en un zarpazo para complicar las cosas, como sucedió en esa lluviosa noche el gigante de Santa Úrsula con el cabezazo de Jerry Palacios apenas al 54′.

Óscar Ramírez se caracterizó por ser un técnico analítico. Tenía claras las fortalezas del rival y sus debilidades. Y en las series de ida y vuelta afinaba los cálculos para evitar una goleada y tener el marcador a la mano de un “derechazo certero” que le permitiera dar el campanazo.

Pero sobre todo, siempre tuvo claro el momento de ponerse el traje de David o el de Goliat, porque no siempre la balanza se inclinó por el cómo jugaba su equipo. Si el rival de turno provocaba un cambio en su planteamiento o colocaba un jugador de manera sorpresiva, no se le subían los colores de la pena, y se ejecutaba.

Igual, su plantel sabía el técnico que tenían al frente. Si tenía que jugar con uno o dos contenciones, lo hacía. Si tenía que jugar con tres, cuatro o cinco en el fondo, también. En las series de ida y vuelta siempre buscó estar con vida hasta el último momento.

El Alajuelense actual se cree Goliat siempre, su manera de jugar es la misma juego tras juego sin importar el calibre del equipo que se para al frente y el fútbol tiene muchas rutas que pueden llevar a un David a arrodillar a un Goliat sin importar las distancias que existan. O, por lo menos, caer con decoro.

La Liga viaja este lunes hacia Los Ángeles, Estados Unidos, con una serie liquidada. Sacudirse de tres goles y en el patio del mejor equipo de la Major League Soccer (MLS) no es sencillo, su partida la perdió en el Morera.

Y el Santos de Guápiles ya le hizo ver que la segunda vuelta del torneo local no será fácil, todos los rivales se juegan algo en la parte alta de la tabla y en la parte baja. Pero sobre todo, que analizaron muy bien lo único que ha mostrado en lo táctico el mejor equipo del torneo tico hasta este momento.