Enrique Díaz, el veterano de los clásicos, el mimado de la afición morada, manifiesta que a pesar de tener cerca de sesenta juegos de enfrentar a los manudos, espera con ansias el choque ante los rojinegros ya que es una de las pocas fechas en que los estadios lucen a reventar.--Con cincuenta y nueve clásicos disputados, ¿ha dejado de percibir presión para estos juegos?
--¡Jamás!, siempre existe esa presión, eso no se puede perder.
--¿Cómo le fue en su primer clásico?
--Muy bien. Fue en 1984, ganamos 1 por 0 en el Alejandro Morera. Ese día le anoté un golazo en el puro ángulo a Alejandro González. Por cierto con esa anotación me gané un chompipe, eso era una tradición.
--¿Y el chompipe, qué pasó con él?
--No duró mucho. Días después acompañó un sabroso rice and beans que yo mismo preparé. Invité a mis compañeros del Saprissa de ese entonces a disfrutar del banquete.
--¿En cuántas oportunidades le ha anotado a la Liga?
--No recuerdo con exactitud, creo que fueron 4 ó 5 veces.
--¿A su criterio cuál fue la mejor alineación manuda que ha enfrentado?
--Es difícil sacarla en este momento, sería injusto decir nombres, puede quedar alguien por fuera; sin embargo, el enfrentar a Alvaro Solano siempre era una misión delicada, su juego mañoso y su buena técnica combinada con su olfato goleador era para tenerle siempre de cerca.
--Si tuviera que intercambiar su camiseta, ¿con cuál jugador manudo lo haría?
--Con cualquiera que acepte, por eso no hay problema, pero si fuera por gusto creo que sería con Mauricio Montero, por su trayectoria o bien con Austin Berry.
--¿Cuál es la razón de portar la número 15?
--Cuando llegué a Herediano, le dije al utilero que me diera la 15. Luego se me hizo un hábito portarla. Ahora juego ese número hasta en la lotería, al revés y al derecho.
--Mencione lo bueno, lo malo y lo feo que ha vivido en un encuentro de este calibre.
--Lo bueno sin duda es anotar, lo malo es perder y lo feo es cuando me expulsan. Ya me ha tocado en dos ocasiones salir antes de tiempo del clásico. Una vez fue en la Liga, la otra en nuestra cancha.
--¿Será el de mañana su último clásico?
--Puede ser, todo depende de mi actuación. Si gusto podré llegar a un acuerdo con la directiva para quedarme. De lo contrario, al terminar mi contrato (al final de año) me marcharé. Nadie sabe lo que puede pasar.