Tres años después Saprissa volvió a cerrar una fase regular en lo más alto de la clasificación, un objetivo trazado en la recta final del Verano que se adornó con la goleada anoche ante Belén.
La espera fue larga, tuvieron que pasar seis torneos cortos antes de que el conjunto morado lograra repetir la actuación del Verano 2011, cuando, de la mano del mexicano Juan Manuel Álvarez, se fueron a la segunda ronda con el liderato en la bolsa.
Aunque en esa oportunidad la cima no se hizo acompañar del título, conseguirlo no deja de constituir un mensaje de confianza por sí mismo y un portillo a otro aliciente igual de importante: la esquiva y siempre anhelada ventaja deportiva.
“Sabíamos la importancia que significaba cerrar primeros y ahora nos toca pensar en lo que viene, pensar en Cartago que es un rival difícil, hoy dimos un paso importante pero no se ha ganado nada”, aseguró Hansell Arauz.
Deuda pendiente. Después de año y medio en el banquillo, Rónald González sabrá lo que es irse a las semifinales con ese seguro de vida que lo dejó fuera de las dos últimas finales, una condición que alcanza para avanzar incluso con la salvedad del empate.
También da para cerrar como local lo que le resta de torneo: ya sea solo semifinal o incluso una final, otro valor añadido que acompaña al que por rendimiento fue el mejor equipo de la fase regular.
“Es un plus del que ya hemos hablado mucho y que en esta oportunidad va a jugar a favor de nosotros, esperamos no necesitarlo y que podamos definir en dos partidos nuestra posición, pero bueno, si en las dos últimas ocasiones ha jugado en nuestra contra, esperamos ahora utilizarla a nuestro favor”, afirmó el estratega luego del compromiso.
La ventaja no es, sin embargo, una garantía de éxito, porque no hace mucho el mismo Herediano demostró, en el Invierno 2012, que llevarse ese incentivo no lo es todo, al derrotar con agonía al propio Saprissa para avanzar a la final.