El seleccionador mayor de futbol, Toribio Rojas, se mantiene tranquilo en su casa de habitación en San Ramón, Alajuela, en espera de la resolución que hoy adoptará el Comité Ejecutivo --en su primera sesión del año-- sobre la permanencia del técnico de cara al premundial de Francia 98.
La posibilidad para que dirija a Costa Rica en ese proceso que inicia en siete meses son muy remotas porque trascendió, extraoficialmente, que Rojas ya no cuenta con el respaldo mayoritario del directorio.
En una breve entrevista con La Nación, Toribio expresó un mensaje sobrio y pausado, sin caer en dramatismos, pero respetando cualquier decisión que se concrete sobre su futuro inmediato en la tricolor.
--Fuentes allegadas a la Federación aseguran que usted será cesado y que existen los votos suficientes para hacerlo. ¿Cuál es su estado de ánimo?
--Estoy muy tranquilo. La vida me ha enseñado que siempre debo mantener la ecuanimidad para salir adelante. En ningún momento estoy preocupado por lo que puedan decidir.
--¿Es cierto que continuará en otro puesto que le ofrecieron, como gerente o supervisor?
--No puedo decir nada en ese aspecto. Desconozco cualquier situación. Sólo espero que el Comité Ejecutivo, una vez que haya leído mi informe sobre la UNCAF, decida lo que considere más conveniente para el futbol de Costa Rica.
--Los jugadores revelaron en una encuesta de la Federación que usted no tiene la capacidad para llevar a Costa Rica al Mundial y que no fue leal con ellos durante la huelga. ¿Qué dice al respecto?
--No tengo nada que opinar.
--Las versiones señalan que el uruguayo Juan Martín Mujica y los asistentes nacionales Carlos Watson y Alvaro Mac Donald serán sus sustitutos...
--Como le dije al principio, estoy muy tranquilo. Son especulaciones que ustedes, los de la prensa, suelen publicar. Unicamente estoy a la espera de lo que decidan mis jefes... los miembros del Comité Ejecutivo.
--El director Raúl Chacón declara que en caso de ser separado no le pagarán una indemnización porque usted infringió el contrato por faltarle el respeto y culpar del fracaso a sus superiores, la Asamblea de Representantes y el Comité Ejecutivo...
--Tampoco tengo nada que opinar. A su debido tiempo, ya llegará el momento de hablar del asunto con los miembros del Comité Ejecutivo, que --repito-- son mis superiores.
--¿Cómo resume su labor?
--Fue buena. Durante año y medio trabajé con honestidad. Afronté obstáculos y muchos intereses particulares. Reitero que siento que quedé en deuda con la afición, el sistema no me permitió trabajar bien.