Gracias a la táctica fija, Saprissa rescató ayer un punto a 10 minutos del cierre, luego de que San Carlos había tomado ventaja en el primer tiempo. Al final, fue empate 1 a 1.
Cumplo con el mandato editorial de consignar el marcador en el primer párrafo de esta crónica, para contarle a usted que San Carlos se jugó un buen partido, tras la aplicación de un guion bien ideado por su estratega, Alfredo Morales.
Sin recurrir a la defensa a ultranza, ayer los Diablos del Norte estuvieron cerca de sacar una victoria que hubiese sido de mérito.
Entre tanto, con su cartel de favorito, en abierta persecución del líder Pérez Zeledón, la reacción morada solo alcanzó para rescatar un punto, cuando perdía los tres.
Con la idea de urdir su travesura, los llamados Diablos Rojos ofrecieron resistencia fuera del área, con base en el talento y el pulmón de sus piezas del medio campo.
En esa zona donde se gestan el toque y el juego de sociedad, Félix Montoya fue escudero insigne; Leonardo Ly y Verny Scott, poleas de corte y arrastre, mientras que Helliut Farrier se prodigó y devoró el terreno, literalmente hablando.
Ahí radicó la interpretación precisa del guion norteño. San Carlos se protegió y cortó a la vez los hilos de enlace que intentaban Douglas Sequeira, Yeltsin Tejeda, Manfred Russell y Luis Diego Cordero, los mediocampistas locales.
Tanto fue así, que Alexandre Guimaraes optó por incorporar a Walter Centeno, su creativo estelar, como reacción inmediata a la anotación de Helliut Farrier, quien interceptó un centro de Álvaro Sánchez y puso el 0 a 1, al 26’.
La mejor jugada tibaseña del primer capítulo se suscitó antes del gol de la visita, cuando Félix Montoya sacó de la raya un envío de Douglas Sequeira, al minuto 16.
Además de Centeno, Guima recurrió a Jairo Arrieta (58’) y a Mynor Escoe (71’). En consecuencia, Saprissa procuró ejercer autoridad en condición de local, aspiración que no lograba concretar, pues sus avances repetidos morían antes de surcar el área de los norteños.
En los últimos tramos del choque, tal y como estaban las cosas, solo la táctica fija podría ofrecer algún rédito para los locales. Simplemente, el libreto de Alfredo Morales se cumplía al pie de la letra.
Minuto 80. Mientras Centeno preparaba un tiro libre, la imagen de un sol poniente se retrataba en la pantalla electrónica del norte.
¿Ocaso o esperanza? ¡Vaya premonición! Del Paté partió un globito. ¡Zas! Alexander Robinson sorprendió de cabeza. 1 a 1.
Luego, cal y arena. En el 85’, el mismo Robinson derribó a Jason Scott y el juez decretó penal.
Cobró Sánchez. El arquero transmutó en felino y evitó así que al Saprissa se lo llevara el diablo.