Sí, hay que hablar de futbol

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El destituido entrenador del Herediano se le quiso plantar a la prensa el domingo con una premisa débil que no resistiría ni un análisis medianamente riguroso: “Hablemos de futbol”. Le resultó muy cómodo crear ese filtro absurdo, que le iba a permitir, según él, esquivar todas las preguntas incómodas. Empezando por las dos más obvias: por qué su equipo solo ganó uno de los últimos 12 puntos y por qué lo expulsaron por segunda vez consecutiva.

Los colegas en el estadio lo encararon con un argumento obvio, pero necesario bajo las circunstancias: que un entrenador expulsado es “hablar de futbol”.

Por tales exabruptos, la presencia de Giuntini se hizo insostenible en Heredia. El máximo dirigente del equipo, Mario Sotela, le dio su apoyo en una entrevista con este diario, el jueves pasado. En el futbol, tales votos de apoyo no significan mayor cosa, especialmente con un entrenador que cosecha malos resultados y que se pelea con todo el mundo. A Orlando de León lo destituyeron por menos, con el equipo a dos minutos de ser campeón.

Respeto. A nadie le gusta tener que responder consultas incómodas. Pero la dimensión tan pública del futbol obliga a equipos (entrenadores, dirigentes y jugadores) a aceptar contacto permanente con la prensa. Estar bajo los reflectores es parte del paquete. Si a un técnico esto le incomoda, debería buscar trabajo en el club del barrio; ahí nadie lo va a llegar a interrogar, tal vez solo la señora que colabora con los frescos.

Hablar de un entrenador expulsado por sus malacrianzas, es hablar de futbol. Preguntarle si es un buen ejemplo dejar el equipo botado, es hablar de futbol. Solo con una mentalidad estrecha no se puede ver así.

En todo caso, el futbol es mucho más que darle patadas a la bola. Detrás de un equipo, especialmente de uno como Herediano, que acaba de cumplir 90 años y representa a toda una provincia, hay valores, historia, tradición ... Una herencia demasiado exquisita como para exponerla con arrebatos de pachuquismo.

Hablar de cómo un entrenador puede estropear la imagen de su equipo, con malacrianzas, es hablar de futbol. Reprochar cuando los angelitos de una barra organizada pintan grafitis o pasan rayando carros, también es hablar de futbol. Preguntarse de dónde viene el dinero que se invierte en este deporte, también. Ya lo decía Jorge Valdano, parafraseando una famosa frase sobre medicina: el que solo sabe de futbol, ni siquiera de futbol sabe.

Así que hablemos de este deporte, pero no solo de lo que les conviene a los entrenadores irrespetuosos. Más bien creo que a veces de futbol se habla mucho, pero no de las partes que importan.