Saprissa pasó de la pena a la goleada ante el Estelí en tres cambios

Real Estelí complicó un partido que la S definió gracias a un gran triplete de Ariel

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Saprissa vivió el bochorno de que un equipo nicaragüense le dominara un partido en el Estadio Nacional. Pero hasta ahí... Entre la efectividad de Ariel Rodríguez –de triplete ayer– y el influjo que aportan los suplentes, el Monstruo volvió a terminar como lo hizo en todos los partidos en lo que va de la temporada: avasallador cuando quiere.

En los registros quedará el 3-0 que sube a la S al tope del grupo 2 de la Concacaf, no que el Real Estelí se atrevió a tener la pelota y hacer sufrir por tramos al conjunto local.

Este Saprissa tiene dos caras. Una positiva y superior a sus rivales, protagonizada por un David Guzmán mariscal de la media, un Rodríguez prendido del gol y un grupo de suplentes de lujo (si no es Deyver Vega es Hansell Arauz o Marvin Ángulo, como anoche).

Pero el lado malo también tiene rostros. Las deficiencias del campeón nacional se ejemplifican en un Keilor Soto que se descuida atrás y deja dudas, así como un Daniel Colindres deficiente a medias –rompe y rompe por izquierda pero no deja de fallar de cara al marco– y un muy inoperante Diego Estrada.

En resumen, más de lo mismo: un Saprissa al que se le nota el talento pero que se deja incomodar por la falta de contundencia y los errores en el centro de la zaga.

Dejar crecer al rival. Rodríguez abrió el marcador con un golazo, al 17’, que debió ser la medicina tranquilizadora del local pero no lo fue.

Fue una jugada iniciada por una atinada recuperación, con una vistosa pared con Estrada y un fino definir del imponente ariete morado. Ahí debió quedar totalmente resuelto el partido... Pero no fue así.

Colindres falló al 25’ y al 40’ y, nuevamente, los perdones se transmutaron en el pecado de revivir a un rival notoriamente inferior.

El Real Estelí llegó al Nacional a guardar el partido. Sin ninguna pena, quería mantener el orden, presionar y ejecutar la dichosa estrategia de propiciar el avance del reloj.

Eso era lo que traía un cuadro pinolero que, escaso de talento, le sobran las ganas, pero no tiene los medios para hacer algo más.

Mas la S lo dejó crecer.

Cuando Samuel Wilson recuperó un balón, al 33’, para atacar en un tres contra dos y dejar a Rudel Calero frente al marco, renació el espíritu de lucha nica. El Estelí desperdició su opción más clara de gol pero al mismo tiempo retomó los bríos.

La segunda parte de la obra fue dominio nica. Se atrevieron a tener la pelota, pero les faltó temple en el último cuarto de cancha. Ahí donde sobraban pases faltaban centros, y poco se atrevieron a probar a la zaga tibaseña.

Pudo más la aparición de suplentes en la definición del cotejo.

A Ángulo apenas le tomó un minuto cambiar la historia del juego, con el centro que Rodríguez remató para el decisivo 2-0.

Por su parte, Arauz creó la jugada que Jordan Smith colgó para que el infaltable Ariel culminara su show , con el triplete al 89’.