Saprissa tiene cinco años de no encontrar al líder de su defensa en casa y optó por llenar el espacio con extranjeros.
La razón principal: hay un hueco generacional en la liga menor que le impidió al plantel formar un futbolista para llenar este puesto.
Esta razón obligó a la gerencia deportiva morada a salir al mercado internacional a contratar: fichó a cinco centrales; cuatro cumplieron y el otro ni siquiera debutó. La última carta en llegar al club es Alejandro Cabral, a la fecha titular indiscutible del equipo.
Al voltear la mirada hacia el exterior, los morados apostaron por el panameño Adolfo Machado, los argentinos Andrés Imperiale y Alejandro Cabral, el mexico-estadounidense Ramón Martín del Campo y el brasileño Henrique Moura.
LEA MÁS: Blog Actualidad Morada: Tassio no es solo un apaga incendios
Vladimir Quesada, técnico de Saprissa, confesó que en los últimos años se produjo un bache que le impidió a Saprissa encontrar a ese central que tuviera la capacidad y las cualidades necesarias para vestir la casaca morada.
“Por cuestiones que no tengo porqué profundizar encontramos un hueco en los jóvenes y creo que perdimos una generación de jugadores que es la que nos falta en estos momentos. Entre esos puestos, está ese central que tenga dotes de liderazgo”, afirmó Quesada.
El estratega del primer equipo explicó que se volcó la mirada a extranjeros porque “juegan en otro nivel, en ligas más profesionales y traen la experiencia".
En el 2012, cuando Horizonte Morado tomó la decisión de volver a contratar foráneos, la planilla esperó dos años para fichar a un central.
La dirigencia se inclinó por Machado, quien llegó al club con un signo de interrogación, pues venía de una sanción por dopaje en el Comunicaciones de Guatemala.
Posteriormente, se consolidó en la zaga y se convirtió en un baluarte del club.
Machado caló hondo en el aficionado. Primero por su rendimiento y luego por los potentes saques de banda. También por su sacrificio en la marca y su espíritu de lucha. Se marchó a la MLS en el 2016 luego de consagrarse campeón en cuatro oportunidades.
El canalero es uno de los mejores fichajes de Horizonte Morado, o al menos el que más réditos le dio al equipo.
Posteriormente se dio la llegada de Imperiale, un futbolista espigado con buen juego aéreo. Ciertamente, era un central rudo.
Se ganó a la feligresía con un gol en una final contra la Liga disputada en el Morera Soto. Aportaba orden y liderazgo. Estuvo un año en el plantel.
Un caso muy particular y, quizás la peor contratación de la actual administración, fue Ramón Martín Del Campo. Un central lento, con poca lectura de juego.
Era tan limitado que ni siquiera debutó en Primera División y solo pudo entrenar.
Tras la salida de Machado e Imperiale y el más que cuestionado paso de Del Campo, el centro de la zaga se vio vulnerable; fue el turno de Moura.
El brasileño mostró algunas cualidades y se marchó campeón. Pese a ser algo lento, tenía buena lectura y juego aéreo.
Se le recuerda por el doblete que concretó en la remontada histórica en el clásico nacional, en un partido que finalizó 3 por 3 frente a la Liga en el Morera.
La partida de Moura dio pie a la contratación de Cabral, quien marcó un gol de cabeza en su debut en este torneo. El argentino maneja ambos perfiles, va bien en el juego aéreo y aporta velocidad. Su mejor cualidad es la lectura en los movimientos, se anticipa a la acción.
Con este panorama surge una pregunta: ¿Es tanta la brecha de la generación perdida en el club como para que no haya un central formado?
LEA MÁS: Tassio Maia y Roberto Firmino: Una amistad forjada por la competencia
La respuesta es que sí hay un joven que se encuentra en formación. Es el limonense Adrián Chévez, quien suma 270 minutos desde el 19 de febrero del año anterior, la fecha en la que debutó en Primera División. Ese día también perforó las redes.
Tiene 20 años y aunque aún le falta rodaje, es el único central de la cantera que se proyecta para ser titular en elmediano plazo.
“Chévez tiene categoría, técnica y una pegada mejor que la de Cabral en cuanto a pases largos o envíos direccionales, pero le falta experiencia”, relató Quesada.
El futbolista estuvo a préstamo en el Municipal Liberia el certamen pasado. Allí jugó 564 minutos en ocho cotejos. Vladimir lo pidió de vuelta para este certamen.
“Espero que lo tengamos aquí, salte y se haga grande de forma integral”, concluyó el técnico.
¿De dónde salió Cabral?
“Es rápido, fuerte y un líder natural. En la sala de prensa habla ‘suavecito’ pero dentro de la cancha sube el tono de voz para unir a su defensa”. Así describió Evaristo Coronado al central que contrató Saprissa para reemplazar a Henrique Moura. Se trata de Alejandro Cabral.
El tiempo le va dando la razón al gerente deportivo: el jugador es sinónimo de seguridad y confianza en la zaga del campeón nacional.
El último de los defensas centrales en llegar al equipo es argentino. Tiene 25 años y es ambidiestro. Antes de su llegada militó en cuatro clubes argentinos: Flandria, Douglas Haig, Los Andes y Quilmes.
En su trayectoria solo ha recibido una expulsión directa; la otra fue por acumulación de amarillas.
El tema de las tarjetas fue analizado por la Comisión Técnica de Saprissa antes de traerlo al país.
Mide 1.88 m y tiene movilidad, lo que le permite tener un buen juego aéreo.
"Yo vengo a trabajar, para mí es un privilegio estar en la institución más grande del país, estoy orgulloso de estar aquí y debo cumplir”, afirmó el futbolista, quien dice exigirse fecha a fecha para intentar que no le anoten al Saprissa.
En parte, gracias a la presencia del sudamericano, la S es el equipo menos vencido del torneo, al encajar solo seis goles en 12 partidos.