Saprissa jugó con fuego ante Alajuelense, pero empate le bastó para meterse en la final

Los morados sufrieron ante el equipo manudo, pero con el 1-1 en la Cueva ganaron la cuadrangular y acceder a la final

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Saprissa estuvo al límite en la Cueva, sacó cuanto balón llegó al área y se aferró al empate 1-1 ante Alajuelense.

No tenía otro camino y encontró su premio: ganar la cuadrangular y el boleto hacia la final del Clausura.

Jugar con fuego era una posibilidad grande y hasta lógica.

Saprissa llegó a su estadio sabiendo que un empate le bastaba, y aunque bien quiso la victoria, su objetivo estaba intacto con la igualdad.

A la Liga por el contrario solo le servía el triunfo y por eso en los últimos minutos estuvo volcada al marco del arquero morado Kevin Briceño.

Con el reloj rozando el tiempo reglamentario la tensión se elevó en su nivel más alto.

Los manudos buscaban un gol que hubiera sentenciado a la S, a la que finalmente le tocó defenderse y cuidar la pelota.

Esa estrategia le fue suficiente. Corrió y sudó ante un rival que no quería darse por muerto, pero que tampoco encontró una opción clara para celebrar.

Mientras los aficionados morados se comían las uñas, la Liga mandaba pelotas al área para intentar darle una cucharada de su propia medicina al local.

Pero no hubo gol de último minuto ni salvación para un Alajuelense que este domingo pagó muchos de sus errores pasados.

Con el empate 1-1 en el Ricardo Saprissa, a muchos rojinegros les llegará el recuerdo de aquella primera jornada en el Morera Soto, cuando ganaban 3-0 y permitieron el 3-3.

Ahí los tibaseños, además de un punto, tomaron fuerza, hicieron goles importantes que, gran parte, hoy los tienen en la disputa del título.

Saprissa venció en la cuadrangular por diferencia de anotaciones y eso es mérito en una fase cerrada de inicio a fin.

Es repetitivo pero cierto y hoy está más que plasmado: lo mejor de los morados es su delantera y deben trabajar muchísimo en la defensa.

Para alzar el cetro deben encontrar su mejor versión y definitivamente esta no es.

Tampoco podría decirse que Herediano es el rival más peligroso que existe, pero recupera su zona defensiva para la disputa el título y eso lo hará verse mejor de los últimos juegos.

Este domingo Saprissa pecó de impreciso, como también lo hizo su contrincante.

Les costó mantener la pelota en su poder y generar más ocasiones importantes.

Para anotar la S se apoyó en su capacidad con el balón parado y la ineficiencia de los rojinegros en ese mismo ámbito.

David Ramírez aprovechó un tiro libre cobrado por Mariano Torres y cabeceó solo para hacer el 1-0 (25’).

El camino se puso más difícil para la Liga, pero respondió rápido y volvió al juego.

Abdiel Arroyo silenció la Cueva en el 35’. La banca manuda estalló de alegría, pero eso no sería suficiente.

Saprissa aguantó, tocó el fuego pero nunca se quemó.