Santos castiga al Herediano, pero con poco

Caribeños hallaron en el juego aéreo la llave para vencer portería visitante

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Guápiles Santos se tuvo que conformar con un triunfo mínimo de un 1-0 y ahora queda obligado a protegerse del vendaval que se le vendrá encima en el segundo compromiso de la serie ante Herediano.

Estos duelos de 180 minutos deben verse como un solo partido, con una pausa de medio tiempo más larga de lo normal. Por eso, no basta con el consuelo de que se ganaron los tres primeros puntos: hay que analizar el marcador en función del siguiente episodio, que será en la casa de los rojiamarillos.

Ya Herediano superó una desventaja de dos goles en el anterior duelo con San Carlos. Pero, cada rival es diferente, y a lo mejor los caribeños sí podrán abrir el paraguas en la Ciudad de las Flores.

Santos se apropió del balón, aunque en el primer tiempo lo hizo con mucha burocracia y poca efectividad. La pelota se perdía entre los papeleos de la media cancha, y les llegaba a los delanteros Hércules Cardozo y Eneas da Conceicao cuando ya la gendarmería florense había tomado medidas.

A los rojiamarillos nada les causaba prisa. Es la ventaja de cerrar en casa estas series: es socialmente aceptable echar candados el primer partido y dejar los rigores ofensivos para el otro duelo.

Por ratos, Santos no pareció entender tal código. Descuidó la pelota y le permitió a su adversario hacerse fuerte atrás, acusando quizás falta de ritmo, debido a la manera en que avanzó hasta las semifinales: obtuvo un pase gratis por los desórdenes de Barrio México.

Era un juego de muy poco brillo, trabado, sin la plasticidad de un enfrentamiento de semifinales. La urgencia, en todo caso, era de los caribeños. El 0-0 era una victoria disfrazada de empate para el Team.

Diferencia. El equipo local quebró la monotonía gracias a la chispa de sus delanteros brasileños. Entre los dos abrieron un boquete, estrecho pero suficiente para anidar el único gol de la noche.

Eneas y Hércules hacían diagonales y buscaban triangular en la medida de sus posibilidades. No son lo mejor que ha exportado la inagotable fábrica brasileña, pero ya aprendieron a leer a los defensas ticos: en algún descuido dejan los portones abiertos.

Lo ideal para los guapileños hubiera sido ampliar el botín, pero Heredia no estaba para llevarse nuevas sorpresas. El equipo local intentó apurar, sin éxito, mientras los rojiamarillos daban señales de que el1-0 les resultaba tolerable.

Lo más relevante que ocurrió en el epílogo fue un apagón en las torres del estadio Ebal Rodríguez, que retrasó el juego 15 minutos.

Esta inesperada pausa enfrió a los actores y terminó beneficiando a los visitantes, quienes a esas alturas solo añoraban el pitazo final.

Santos llegará con ventaja al Rosabal Cordero. Es poco, pero es un gol. Y Herediano podrá incubar la ilusión de otra remontada, en el entendido de que un gol en contra es una herida muy pequeña.