Tardaron en salir a la venta las entradas del juego Costa Rica ante Honduras para empezar a cuestionarse si la reventa logró meter sus manos en el reparto de boletos.
La Nación visitó el punto de venta ubicado en un centro comercial de Tibás para ver cómo es que se comportaba la fila de personas que querían un tiquete para ver a la Selección sellar su boleto al Mundial.
Treinta segundos fueron suficientes para notar la forma de trabajo de los que querían más de cinco entradas, cantidad máxima permitida a cada comprador.
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La cola para llegar a la ventanilla de compra era de aproximadamente 200 metros y, pese a que la venta estaba en lo más y mejor, los de atrás no daban un solo paso para adelante.
Unas cinco personas encabezaban la fila, pero un hombre fornido decidió comenzar a meter gente por delante suyo; pasan uno, dos y tres. Poca gente lo notó, porque muchos libraban una lucha con su celular intentando ingresar a la página de SpecialTicket y así evitar la molestia de esperar.
Otro sujeto recogió un rollo de boletos, con una gran sonrisa se alejó unos cuatro metros de la zona de venta y otro se acercó y le preguntó: '¿Cuántas le faltan para ya tener bastantes?' Él volvió a mostrar su risa y respondió en voz baja.
El mismo señor que consultó tiene su método, debido a que un muchacho joven le entrega una parte de las entradas que compró y se deja dos nada más.
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De una vez menciona: "Ya tengo varias, me acaba de avisar aquel carajo que está en Guadalupe que está haciendo la fila con otros para completar las 20...", menciona a su amigo que acaba de hacer su compra.
Un mensaje de Whastapp avisa que en Guadalupe ya hay un rumor de que se agotaron, entonces ambos comienzan a sacar cálculos de si podrán tener las que necesitan.
Más atrás en la cola se observa un grupo de cinco personas que saben que tienen derecho a 25 espacios en el estadio, cinco por cada uno.
Uno de ellos saca un mapa de las graderías del Estadio Nacional, de esos mismos que utilizan los revendedores cuando hay juego cerca de La Sabana y comienza a señalarle sectores al resto de los acompañantes.
Los boletos para ver a la Selección de Costa Rica frente a Honduras el próximo 6 de octubre causaron largas filas en los puntos de venta y muchas molestias para los usuarios.
Ante esto las quejas de los que estaban más atrás no se hicieron esperar, sin embargo pocos fueron escuchados.
"Sí hay mucho revendedor, eso usted lo nota, ellos lo que hacen es que colan a gente y así consiguen lo que quieren. Yo llegué desde las 5 a. m. y la verdad es que el servicio ha sido muy lento. Nosotros sabíamos que esto se iba a saturar", comentó Jonathan Arias, quien estaba en Tibás todavía a las 11 a. m.
Por su parte, Diego Muñoz llegó a las 8:20 a. m. a comprar su boleto, pero a las 11:20 a. m. todavía estaba a 50 metros de la ventanilla de atención.
"A mí lo que me molesta es que no digan a qué hora van a vender las entradas, porque si dicen siento que podría ordenarse más el proceso, pero bueno, a tener paciencia para poder ir al estadio", finalizó.
Lentitud. Las quejas de los usuarios que buscaron su boleto por Internet también llegaron y se expresaron por redes sociales.
El director de comunicación de la Federación Costarricense de Fútbol, Cristian Williams, atendió a este diario a las 12:30 p. m. y manifestó que el proceso de venta sí ha sido lento, pero nunca se ha detenido.
Williams reveló que según le comentó la empresa SpecialTicket, la cantidad de usuarios que entraron a la página a hacer su compra afectó el desenvolvimiento del sitio web.
"Han ingresado 603.000 personas al sistema (en realidad se hicieron 766.707 páginas vistas de SpecialTicket y la cantidad de usuarios fue de 66.820), esto hace que el tráfico sea más lento, pero la gente sigue comprando, en todo momento la página ha estado vendiendo y eso lo tenemos probado", enfatizó.
A las 4 p. m. y después de 8 horas y 15 minutos de venta, la taquilla se declaró agotada.