1 Usted tuvo problemas para cumplir la norma sub 21 con el Cartaginés. ¿Por qué?
–Tuve que utilizar el equipo de Alto Rendimiento, que había hecho tres puntos en un año. El equipo lo sostenían los padres, tuvimos que darles a los muchachos la misma planificación que al equipo de Primera. Había que alinearlos y después esperar a que rindieran, lo cual no necesariamente es lo mismo.
2 Entonces, ¿estaba de acuerdo con esa regla de usar sub 21?
–Claro que sí, lo que pasa es que era útil para los equipos que sabían trabajar la liga menor. Ayuda incluso a abaratar la planilla; con el salario que se le pagaba a un veterano, que a lo mejor ni jugaba, se le podía pagar a varios muchachos de liga menor.
3 A la hora de planificar su alineación, ¿sacaba cuentas de los minutos que le faltaban?
–Yo bromeaba, decía que lo importante no era que nos faltaran minutos, sino que no nos faltaran puntos. Tuvimos que utilizar a 11 muchachos para ver cuáles podían rendir en Primera División, no es algo tan sencillo.
4 ¿Le costó encontrar esos jugadores que pudieran aportar a la contabilidad sub 21?
–El asunto es que esos muchachos tienen que ganarse el puesto, no pueden esperar a que se los regalen solo porque existe esa regla (en aquel momento). Así es como hacen algunos de los jóvenes de Saprissa y la Liga, de una vez se ganan el puesto. Nosotros (Cartaginés) tuvimos más problemas, hubo un muchacho al que le hicieron dos reportajes en la prensa y se volvió loco, tuve que devolverlo a juveniles.
5 ¿Cómo se trabaja en liga menor en el futbol de Costa Rica?
–Hay algunos equipos que lo hacen muy bien, como Saprissa, gracias a su cancha sintética. La Liga y Herediano también van a dar ese salto, porque el césped artificial da esa posibilidad. Las canchas son la gran limitante.