El mundialista Sub-20 Rándall Leal no ve su juventud como un impedimento para triunfar en Europa y encontrar un campo en la Selección Mayor, que disputa un boleto para el Mundial Rusia 2018.
El joven de 20 años, volante de llegada, se someterá el lunes a una operación en Bélgica, país donde juega, pues se fracturó el dedo pequeño del pie derecho en su casa, en Moravia.
Al igual que su edad, esta lesión tampoco lo intimida para triunfar en el Viejo Continente, donde toma como ejemplo a la perla francesa Kylian Mbappé, quien a sus 18 años hace historia en la liga gala y en la Champions League con el Mónaco.
Leal es ficha del Mechelen, club de la Primera División de Bélgica, pero está unos días en Costa Rica.
"Casi cuatro días después del Mundial (disputado en mayo en Corea del Sur), tenía vacaciones porque empezaba la pretemporada con mi equipo, pero me puse a jugar con mi hermanito (Raymond) en la casa y tuve un accidente. Hicieron una grada circular y antes era rectangular. Apoyé todo el peso en el lado izquierdo de mi pie, me quebré el quinto metatarsiano, por lo que hablé con mi club y con la Federación. Me han pasado cosas peores, es lo que hay y ahora queda la recuperación", expresó el futbolista.
El legionario espera estar de vuelta en los campos de entrenamiento en un mes, para luchar por un campo en el once estelar de cara a la próxima campaña, que empieza el 30 de julio.
Explica que es un jugador con mayor madurez luego de tener la aventura mundialista, por lo que se propone marcar diferencia en una liga europea.
"Me siento muy bien, solo el hecho de estar en el Mundial me hizo crecer. Lamentablemente estuve en otras selecciones menores y no pudimos clasificar a las copas del mundo. Esta fue una gran experiencia, dimos todo lo que estaba a nuestro alcance y lo que queda es esperar. Quiero jugar y deseo consolidarme este año, uno ve a Mbappé con 18 años haciendo historia y sabe que la edad no es excusa para consolidarse. Quiero ser figura en mi club y caer en la Selección Mayor", insistió.
El mediocampista ofensivo se marchó a Bélgica desde febrero del 2015 y luego de dos años, agradeció el apoyo de su familia para cumplir su sueño.
"Los primeros meses fueron difíciles porque soy el único latino que hay en la plantilla, me salvaba cuando estaba Óscar Duarte porque hablaba mucho con él, pero cuando se marchó a España (inicios del 2016), yo estaba más compenetrado en el grupo y hablaba más inglés. Todo eso hizo que me fuera bien y que ahora el equipo espere mucho de mí", externó.
Incluso, el juvenil reveló que la falta de dominio de ese idioma le impidió jugar más minutos hace dos años.
"El entrenador me decía algo y no entendía, por eso no se arriesgaba a ponerme porque no sabía si lo podía hacer; no había nadie que me tradujera en español".
El volante es oriundo de La Isla de Moravia y se le infla el pecho cuando habla de sus orígenes. No se crece por el cambio de vida que ha tenido en los últimos años.
"No podemos decir que es otro mundo, cada quien nace donde le toca. Mi familia viaja constantemente", aseveró.