En pleno ascenso en su carrera deportiva, el exportero de Belén FC Anthony Vargas Gómez tuvo que dejar el fútbol profesional a sus 23 años, pues le diagnosticaron una enfermedad hereditaria denominada miocardiopatía hipertrófica.
El joven, ahora de 29 años, sufrió un desmayo este lunes durante el entrenamiento del primer equipo de Guadalupe FC, donde se desempeñaba como preparador de porteros.
Al parecer sintió un gran dolor en el pecho, fue atendido por el cuerpo médico de Guadalupe y llevado al Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, donde falleció. El hecho ocurrió a eso de las 10 a. m.
Anthony, quien inició en las ligas menores del conjunto de Belén FC, hoy Guadalupe FC, fue ascendido a la Primera División en 2012 y un año después debutó en un compromiso ante San Carlos (2-4).
LEA MÁS: Entrenador de porteros de Guadalupe sufre infarto en entrenamiento y fallece al llegar a hospital
Vargas se caracterizó por su elasticidad, buenos achiques y seguridad en el juego aéreo. Aunque le costó tomar regularidad en el fútbol nacional, poco a poco tuvo la confianza y el respaldo de sus entrenadores, quienes le dieron la oportuindad de defender el marco belemita.
Prematuro adiós
Con apenas 39 partidos en la Primera División, Vargas tuvo que abandonar oficialmente el balompié profesional el 22 de julio del 2016, cuando el entonces médico del club, Jeffrey Jácamo, en una conferencia de prensa, explicó el alcance de la enfermedad que le encontraron.
“A Anthony se le detectaron algunas alteraciones en un electrocardiograma, por lo que se le hizo la consulta a uno de los cardiólogos y nos sugirió realizarle otras pruebas complementarias. En este caso, una ecocardiografía y prueba de esfuerzo”, comentó Jácamo.
La ecocardiografía es un estudio por el cual se puede diagnosticar una serie de patologías, se valora el movimiento del corazón, el grosor de las paredes y el estado de las válvulas cardíacas.
“Luego del estudio de la ecocardiografía se nota un aumento del grosor de las paredes del músculo cardiaco que se denomina patología miocardiopatía hipertrófica. En el caso de Anthony se encontraba en la región que dividía las cámaras ventriculares. Al tener una dilatación moderada, en una de las cámaras cardíacas, fue llevado a una sesión médica al Hospital de Heredia”, indicó Jácamo.
“Luego del estudio por parte de cuatro especialistas se llegó a la conclusión de que Vargas sufría el riesgo de una muerte súbita cardiaca, por lo que el cuerpo médico del club, con base en la recomendación de los cardiólogos, llegó a la conclusión de que debía dejar la alta competencia. Por eso, le sugirió al guardameta que no continuara con la práctica del fútbol profesional por su seguridad”, manifestó.
El galeno, en la conferencia de prensa que se realizó en las antiguas oficinas del club, reiteró que el riesgo de muerte súbita estaba presente y por encima de un montón de circunstancias estaba la vida humana.
“No podemos arriesgar al jugador a una muerte súbita. En normal que en los deportistas de alto rendimiento se dé el aumento del músculo cardíaco. Pero en el caso de Anthony Vargas ese aumento progresivo podía llegar a obstruir el flujo sanguíneo normal, lo cual podría derivar en una arritmia cardíaca o un paro cardíaco y una muerte súbita”, mencionó Jácamo en la explicación del caso.
Vargas ese mismo día, entre lágrimas, anunció su retiro del fútbol, luego que se explicaran los alcances de la enfermedad que padecía. Su equipo, Belén FC, informó de que continuaría ligado a la institución y se le asignaron labores administrativas.
Durante varios meses Vargas ejerció dichas funciones, incluso cuando el equipo pasó a llamarse Guadalupe FC continuó ligado a la institución.
Al mantener el tratamiento médico Vargas ocupó el puesto de preparador de porteros en los últimos años y durante los partidos realizaba trabajos estadísticos, tal y como se indica en las alineaciones oficiales que distribuía la escuadra de Goicoechea a la Unafut.