Puntarenas FC cambió la vida a un constructor y a un desempleado

Ambos jugadores pasaron de vivir angustias económicas con sus seres queridos a lograr el boleto a la máxima categoría con el conjunto chuchequero

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Retirado de las canchas, Johnny Gordon tenía cuatro meses trabajando en construcción o pescando en su natal Limón, tratando de sacar adelante a su familia, cuando el fútbol le dio la espalda.

Una situación similar vivió el defensor Jemark Hernández, quien tras quedar eliminado el Municipal Garabito, en el Torneo de Apertura, se marchó a su casa con la incertidumbre de qué iba a pasar, pues se había quedado sin la posibilidad de llevarle el sustento a su familia.

Sin embargo, una llamada del técnico Horacio Esquivel, a quien los jugadores no dudan en llamarlo padre, los invitó a unirse al Puntarenas FC, lo que cambió sus vidas, pues no solo les permitió volver al fútbol sino también a llevarle el alivio económico a sus hijos y parejas que tanto anhelaban.

MIentras la afición del Puntarenas FC celebraba este domingo el triunfo de 0-2 ante Carmelita y la obtención del cetro del Torneo de Clausura de la Liga de Ascenso, que los devolvió a la máxima categoría, tanto Gordon como Hernández mantuvieron la calma ante las consultas de los medios de comunicación y repasaron los duros momentos que vivieron en los últimos meses.

Duros momentos

Johnny Gordon, quien llegó para el Apertura 2021, fue pieza clave, al no solo anotar en la final ante el Barrio México, sino también marcar en el duelo frente a los carmelos por el Clausura, que a la postre les valió el deseado cetro.

“Solo uno sabe lo que ha pasado. Cómo no voy a decir que Horacio (Esquivel) es mi papá si me hizo debutar con Limón FC en la Primera División y me trajo al Puntarenas FC. Dos veces me ha sacado de donde estaba y pude volver a jugar después que se me cerraron las puertas”, recordó Gordon.

“Tenía cuatro meses sin trabajo. Estaba dedicado a la construcción y a la pesca, en la chamba que saliera porque todo estaba muy duro en Limón. Es por eso que cuando me llamó Horacio sentí una gran alegría y lo primero en que pensé fue que mi familia iba a tener un techo, iba a poder sostener a mi familia porque estaba alquilando casa y debía comprar comida. Todo estaba muy complicado hasta que salió la opción de jugar con el Puntarenas. Le agradezco a Horacio y a la afición la oportunidad”, agregó.

Por su parte, Jemark Hernández, tras el descenso del cuadro caribeño buscó alternativas, pues tenía que mantener su hogar y de allí la decisión de marcharse al Municipal Garabito, para el Apertura, donde fue estelar y una de sus figuras, hasta que quedó eliminado en la primera fase.

“Con sinceridad fue sumamente extraño. Después del último juego con Garabito, donde quedamos fuera por un gol, me fui para mi casa y me pregunté qué iba a pasar conmigo, a pesar que aún tenía contrato. Un par de días después estaba durmiendo y recibí una llamada y al contestar me llevé la sorpresa que era Horacio, quien ese día me propuso llegar al Puntarenas FC”, recordó Hernández.

“La verdad Horacio fue como un ángel que Dios me puso en el camino. Tengo un hijo, y uno quiere lo mejor para él. El no tener trabajo es complicado, pero Dios todo lo puede y me dio está oportunidad de estar en este equipo y salir campeón y no pasar necesidades, lo cual es muy importante para uno como padre, pues uno por los hijos hace lo que sea”, manifestó.