Primera División del fútbol femenino da pasos hacia el profesionalismo

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El campeonato de la Primera División del fútbol femenino costarricense no es el mismo de antes.

Sí, sigue siendo amateur pues aún no se les paga un salario a las jugadoras, pero ya está lejos de ser un torneo en el que la desorganización y la falta de competencia son destacadas siempre como las características más llamativas.

Y, según dirigentes, entrenadores y futbolistas, esa es una de las principales razones por las que el deporte creció tanto en esta rama en años recientes.

“La primera liga se creó en 1999 (Adeliffe), pero pocos se interesaban en ese momento. Ahora usted ve varios clubes y universidades metidos apoyando con instalaciones, patrocinios y becas. Es lo que se necesita, porque todos saben que para las mujeres es difícil jugar fútbol. Algunas hasta mantienen un hogar”, dijo el presidente de la Unión Femenina de Fútbol, Víctor Hugo Alfaro.

También opinó sobre el tema el presidente del equipo de Moravia, Bernal Castillo.

“A pesar de que las mujeres no viven de esto, se ha tratado de profesionalizar un poco todo. Ya hay campeonatos de liga menor (Sub-15 y Sub-17) y se contratan técnicos con licencia como hicimos con Paul Mayorga o como lo hizo Arenal Coronado con Karla Alemán. Hay un sentimiento colectivo de querer mejorar el fútbol femenino”, dijo Castillo.

“Esto ayuda a que las mismas familias rompan los tabúes y usted vea a niñas de nueve, diez y 11 años empezando a jugar fútbol”, añadió el directivo moraviano.

Aún así, todas las partes de la ecuación están de acuerdo en que falta mucho camino.

“Todo es una consecuencia: si tenemos buenas selecciones es producto de que existen buenos equipos. Si hay buenos equipos es producto de que existe una buena planificación. Pero ahí aún hay tareas pendientes. Sin duda hay crecimiento, pero falta un mejor plan de desarrollo”, dijo Alemán.