¿Cómo mira esta cuarta final contra Alajuelense?
Por encima de toda la presión que se puede generar, son momentos que se disfrutan, que hay que hacer todo lo posible para que todo salga bien, ganar el campeonato y hacer feliz a la gente que está a nuestro alrededor.
Estas finales son casi una tradición de diciembre, ¿qué podría tener ahora de diferente?
Para nosotros como equipo es una bendición estar en una final nuevamente; todos los partidos son diferentes, hemos aprendido de las derrotas y trataremos de revertir esa situación negativa que hemos pasado con Alajuelense.
¿Cuánta huella queda de esas finales perdidas?
Hemos aprendido de todo, detalles, como no entrar dormido a un partido, no descuidarnos en una pelota quieta, el sentimiento de haber perdido por penales y en tiempo extra; todo eso hay que llevarlo en estos dos juegos tenerlo muy presente y tratar de que no vuelva a ocurrir.
¿Al inicio del torneo, se imaginaba llegar hasta la final?
Al principio pensé que iba a ser complicado manejar el grupo, porque éramos demasiados, pero conforme pasaron los entrenamientos, el equipo se hizo más fuerte, los refuerzos se acoplaron muy bien y eso ha sido una ayuda increíble, de que en el momento que alguien no esté, el que entra pueda suplirlo de la mejor manera.
¿Es un aliciente llegar a esta final como el jugador más regular del Herediano?
Es una motivación, Dios ha sido demasiado bueno conmigo, me ha dado la salud para poder estar en cada juego, disfrutarlo, y ahora estar en esta final, vivirla como la última, sentirla como la primera.
Al apoyo del cuerpo técnico se suma el de la afición florense.
Aquí me siento como en casa, en lo deportivo me ha ido bien, y la gente me ha hecho sentir su cariño, esas son cosas que uno pone en la balanza de la vida y estoy muy agradecido con toda esa gente que ha estado apoyándome.
¿Cuánto aprendió Herediano del primer juego de la final pasada ante Cartaginés?
Increíblemente regalamos 45 minutos de un partido, ahora vamos con la consigna de que tenemos que jugarlos a muerte, dar lo mejor de cada uno en cada minuto, saber que estamos a 180 minutos de hacer historia, dejar huella y darnos una satisfacción el fin de año.
¿Le incomoda al camerino tener la etiqueta de favoritos?
Son cosas externas al camerino, nosotros como jugadores sabemos lo que significa jugar una final, luchar por un campeonato e, independientemente de si somos favoritos o no, tenemos la consigna de hacer lo que hemos hecho, muy tranquilos y esperanzados, con la ilusión de salir campeones.