Orión y la Liga llevaron el aburrimiento al límite

El empate tuvo dos buenos tantos que le quitaron un poco el tedio al choque

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Cuando fue entrenador del Barcelona, Johan Cruyff, aseguró que le disgustaba más ver un mal juego de su equipo que perder.

Un partido malo que deviene en aburrido debería ser una especie de pecado capital en contra de los futboleros..., como el de ayer entre Orión y Alajuelense.

Por suerte hubo dos goles y ambos de muy buena factura; de lo contrario, el tedio habría, sencillamente, insoportable.

Ambas anotaciones –Luis Fernando Sequeira para los manudos; Leonardo Madrigal para los azulgranas– eran de otro juego, porque este fue soso en el accionar y tacaño con las emociones.

El gol de Sequeira (minuto 5) pareció encaminar los intereses de los bicampeones por el rumbo que desean, dado el apretado calendario de estos días: resolver rápido para controlar el tiempo y prevenir el gasto innecesario de energía.

Sin embargo, los alajuelenses se atuvieron al santo y no le rogaron; por eso, en cosa de un cuarto de hora se vieron con el empate.

El tanto de Madrigal fue una especie de castigo a la indolencia rojinegra: los liguistas hicieron muy poco para su causa, luego de la apertura del marcador; y eso que tres minutos antes Anllel Porras mandó un aviso.

Chispazos. Las acciones entre uno y otro gol fueron intrascendentes; con el empate, hubo uno que otro destello de emoción, apenas para evitar que los párpados le jugaran una mala pasada a los asistentes.

Allen Guevara –deseoso de un campo en la formación titular de los liguistas– fue quien tuvo mayor claridad en la ofensiva alajuelense; de verdad, el Cusuco lo intentó, pero ayer se le atravesó Carlos Díaz.

El portero desamparadeño respondió cuando fue exigido por el ataque visitante, que si bien fue a cuentagotas ofreció sensación de peligro. Paradójico.

Díaz preservó el puntito para el Orión: en el beisbol se le hubiera apuntado un juego salvado, sobre todo en la acción del 89’, cuando se llevó un balón complicado en una acción de Cristian Lagos.

Los azulgranas jugaban desde el 68’ con 10, debido a que Kevin Arrieta –como suele suceder en el futbol tico– “exigió” su expulsión con dos faltas casi consecutivas.

Alajuelense buscó con mayor ahínco un gol que le permitiera sacar los tres puntos y, de paso, mantenerse en la cima del Invierno.

Falló en una y otra intención...

Entre las buenas intervenciones de Díaz y la falta de claridad a la hora de elaborar juego, el cotejo se le fue a la Liga.

Con un Orión satisfecho con el estado de cosas y necesitado de no tirar por la borda el botín de un punto, el partido navegó hacia un empate soso, soso, soso.

Por suerte, hubo dos goles y estos fueron de buena factura; de lo contrario, el tedio de ayer habría sido asfixiante.