Opinión: ¿Sensatez, miedo o venganza?

Si el equipo que Herediano ponga en cancha ante Pérez no fuera B sino C, D o Z, resultaría inevitable la duda

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Herediano es astuto. Piensa rápido, actúa, se sacude la nariz con el qué dirán. Si para lograr su cometido necesita alinear a jugadores del alto rendimiento, al vendedor de pizza, a la mascota, a David Patey y Aquil Alí como zagueros centrales, lo hará sin sonrojos.

Lo tengo claro. Tan solo titubeo si intento adivinar las motivaciones florenses: ¿venganza? ¿miedo? ¿o la válida intención de no ceder una caloría tres días antes de la final?

Empecemos por ahí: Hernán Medford no solo tiene el derecho sino la obligación de cuidar a sus figuras en el cierre de la cuadrangular. Arriesgar a un jugador importante, ¡solo uno!, por acumulación de amarillas, expulsión o lesión, califica como innecesario por no decir insensato y torpe.

Con válidos motivos, sin violentar los reglamentos, puede enfrentar a Pérez Zeledón con un buen equipo B si le da la gana. Jugadores tiene.

En cambio, si el equipo no fuera B sino C, D o Z, favoreciendo la llegada de Pérez Zeledón a la final en detrimento de Saprissa, ya no como daño colateral sino con casi evidente intención, resultaría inevitable la duda: ¿miedo o venganza?

¿Miedo a disputar el título con su rival imposible en este torneo, verdugo en el Rosabal y en la Cueva, al que solo pudo sacarle dos de doce puntos disputados? ¿Miedo a que por muy Team, con Medford, con Jafet, con Aquil, con el tigre Toni –como dijo Wálter Centeno- se complique en el tú a tú?

Me cuesta imaginar al Herediano tembloroso de canillas. Lo descarto. Al menos al Herediano de un furioso Medford advirtiendo un “vamos con todo” o al Herediano récord, el de los 54 puntos en la primera fase.

Primero lo imagino vengativo que pendejo, con ganas de pasar factura, cobrar los dos penales no pitados en diciembre pasado, que favorecieron la campeonización morada, y el no pitado esta semana, que propició extender la disputa del título.

El enojo rojiamarillo se entiende, pero de un equipo tan fuerte y ambicioso, uno espera se plantee saldar cuentas en la cancha cuándo sea, dónde sea y contra quién sea.