Es fácil. Lo he dicho muchas veces, aunque al final los compañeros no me den la razón y mucho menos los Balones de Oro en la casa de Lionel Messi.
La Euro al menos sirve de ilustración. Esta Euro, claro, la 2016, porque en otras Cristiano se ha ido a la casa impotente, insuficiente y hasta frustrado con un Portugal de segunda clase en medio de la élite europea. Esa ironía histórica, de grandes estrellas en una limitada selección, con paso por Eusebio, Figo y Cristiano Ronaldo, nunca la ha sufrido Messi. Argentina tiene cupo reservado entre las protagonistas, así en la Copa América como en la del Mundial. Si por frustraciones fuera, Cristiano habría renunciado a la selección desde que nació.
La gran mentira se contó en el ‘86, para engrandecer a Maradona. “Ganó él solo un Mundial” –han repetido por décadas sus idólatras–. Sin esa Albiceleste llena de peones, ordenada, difícil de superar, Maradona no habría sido campeón –y quizás también viceversa–. En todo caso, si eso queda sujeto a discusión, nadie dudaría de las limitadas opciones de alcanzar la gloria en Portugal comparadas con los beneficios de intentarlo en Argentina.
Esta vez, está claro, a los portugueses les favoreció el camino a la final, sin selecciones de renombre en su llave.
Pero volvamos a lo que venimos: Cristiano es más completo.
Es capaz de suspenderse en el aire al mejor estilo de Curry, la estrella de la NBA, quedarse ahí centésimas de segundo, como si le diéramos “pausa” al video, y cabecear como un delantero centro, a 2,15 metros de altura, donde Messi jamás podría llegar. No es solo un asunto de estatura, sino de salto y técnica, como bien sabe Gales, su última víctima.
Cristiano cabecea, remata con izquierda, remata con derecha, defiende, ataca y hasta –sospecho– corre más que el argentino. En la última Copa del Mundo, desastrosa para él y Portugal, eliminados en primera ronda, el luso corrió 9,1 kilómetros por partido, mientras Messi se quedó en 8,8. De acuerdo: no es mucha la diferencia y además el fútbol no es atletismo (aunque correr en algo ayuda).
Comercial: no dejan de sorprenderme los 12 kilómetros por partido de Celso Borges en el Mundial de Brasil 2014.
Sigamos: ¿es mejor Cristiano que Messi? No dije eso. Tan solo más completo.