Opinión: ¡¡¡Miso Matador!!!

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Aquella amiga manuda se deleitaba atormentándome: la empresa en la que trabajaba en el área de mercadeo tenía un palco en el Estadio Alejandro Morera Soto y ella me invitaba a los clásicos que se jugaban ahí entre Alajuelense y Saprissa.

Y yo siempre decía que sí, a pesar de que eran años en los que los rojinegros nos tenían debajo del zapato a los morados. Todo un viacrucis futbolístico en el que no solo nos derrotaban, sino que también nos bailaban.

Claro, yo iba hasta la Ciudad de los Mangos no por masoquismo deportivo, sino por dos razones: primera, porque esperaba que tarde o temprano se nos hiciera el “milagrito”, y segunda —lo admito— porque me gustaban mucho algunas de las aficionadas alajuelenses; de hecho, con cuatro de ellas, de grata memoria, sí se me hizo el “milagrito”.

En honor a la verdad, había una tercera razón. Sé que algunos morados envenenados van a odiarme (y puede que reciba alguno que otro insulto de quienes piensan que este hermoso deporte es para promover el odio y la violencia), pero no puedo negar que me gustaba ver jugar al delantero eslovaco Josef Miso.

Sería mezquino de mi parte no reconocer la calidad futbolística de quien derrochó clase, talento, inteligencia, ingenio, destreza, visión, gracia, elegancia, velocidad, creatividad, habilidad para cobrar tiros libres, juego en equipo y juego limpio con la Liga entre 1995 y 2004.

“Miso Matador” le hizo honor a ese mote que le puso su afición y que quedó para siempre en una canción: “Nos dio el tricampeonato y el goleo / Miso es el matador del mundo entero / por eso La Doce pide a todos de corazón / que nunca se les olvide lo que nos dio / ¡¡¡¡MISO MATADOOOOR!!!! ¡¡¡MISO MATADOOOOR!!!”.

En Costa Rica jugó también, tras su salida del Alajuelense, con Brujas F. C., Santos, Carmelita y Herediano. Un total de 12 campeonatos en Primera División, durante los cuales anotó 88 goles, 73 de ellos con la Liga, equipo con el que ganó los torneos de 1996, 1997, 2000, 2001, 2002 y 2003.

Precisamente en los últimos de esos cuatro torneos fue que mi amiga manuda me atormentó. Así ocurría, en especial, cada vez que el árbitro pitaba un tiro libre cerca del área grande de Saprissa; en cuanto veía a Miso tomar el balón y colocarlo sobre la gramilla, en silencio me decía “¡Hasta aquí llegamos!”, cerraba los párpados y escuchaba el grito de gol.