Opinión: Jugando con el dios Cronos

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Más que a jugar fútbol y luchar por un resultado, aquel equipo llegó a darle largas al reloj. Los 11 jugadores y el cuerpo técnico se creyeron capaces de manejar a su antojo a Cronos, el dios griego del tiempo humano.

Por eso, en vez de ir al ataque en procura de goles, se dedicaron a entrabar las manecillas de los segundos, minutos y horas, y las piezas de la maquinaria que emite el tic-tac.

El portero se las ingenió para atorar los piñones. En lugar de ejecutar de manera expedita los saques de portería, recurrió a las viejas artimañas de amarrarse los cordones, cambiar de guantes, fingir resbalones, hacerse el lesionado, colocar el balón donde no corresponde, subirse las medias...

Los defensas, por su parte, oxidaron la cuerda del reloj con saques de banda a velocidad de caracol, ubicando las barreras a distancias antirreglamentarias, abusando del juego hacia atrás, simulando faltas de los delanteros, provocando faltas que ameritaron la intervención de médicos y cruzrrojistas una y otra vez.

En cuanto a los volantes, se sentaron en la aguja del segundero, para lo cual echaron mano a discusiones con jugadores y banquillos rivales, guardalíneas y árbitro, saliendo de cambio como tortuga con muletas, retorciéndose y agarrándose la cabeza para hacer creer que las faltas que les cometieron eran más arteras de lo que pareció.

Los delanteros se ensañaron con las agujas que marcan los minutos y las horas. Consumieron tiempo en reclamos acalorados al cuerpo arbitral, caminando a velocidad de Asamblea Legislativa a la hora de dirigirse a ejecutar un córner, fingiendo no entender que eran ellos los que iban a ser reemplazados, simulando piscinazos en el área grande, despojándose de la camiseta al celebrar un gol para perder tiempo mientras el juez le muestra tarjeta amarilla.

Una y otra vez este y otros equipos de fútbol han vivido en carne propia los resultados de perder tiempo para sufrir un revés casi al final del partido y ¡ahora sí, a apurarse y apostar que se reponga el tiempo que ellos mismos perdieron!

¿Cuándo van a entender los futbolistas que darle largas al reloj es una inversión de riesgo, que por lo general conduce al llorar y crujis de dientes?