Odir Jacques, un técnico apasionado, temperamental y agüizotero

Volver a sentir el fútbol en primera persona lo movió a regresar al banquillo a sus 69 años

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El teléfono suena, la llamada tiene un fin particular, Herediano necesita con urgencia un director técnico.

Odir Jacques escucha la propuesta, negocia y acepta el reto... una vez más.

La edad no le importa, menos lo que digan de él, tiene 69 años y sentir la pasión del fútbol lo empuja a regresar al banquillo, un sitio donde la presión se vive al máximo minuto a minuto.

“El fútbol es mi vida, estar en la cancha me hacía falta”, afirma Jacques, cuyo vínculo con el balompié es irrompible.

A Odir poco le importa quebrar la tranquilidad que significa ver el fútbol desde la barrera y dejar de ser un mortal más.

“Es un trabajador, el fútbol es lo suyo y realmente disfruta dirigir”, asegura Claudio Jara, quien fuera su asistente en el Verano 2012 cuando Herediano ganó su título 22.

Sin libreto. Como técnico el brasileño tiene características muy puntuales: no se aferra a la táctica, busca goles, es temperamental –cuando las circunstancias así lo exigen– , es supersticioso y agüizotero.

“Él habla con el jugador, es buena gente, da consejos y orienta”, afirma Ismael Chucky Gómez, volante que estuvo a su mando hace tres años.

Según Gómez, Odir no es un hombre de extensas charlas previo a los partidos si no de precisar detalles.

“El arma su equipo y pide lo que quiere, si ve algo que no anda bien lo corrige. Lo mismo pasa en los entrenamientos, le gusta hacer muchos colectivos y que uno siempre tenga contacto con el balón en las prácticas”, recalcó el argentino.

El exlateral Waylon Francis coincide con Chucky sobre el método de trabajo de Jacques.

“Él es más de dejar que los futbolistas se muestren en los entrenamientos y de ahí saca errores. Eso sí, es un técnico temperamental, si alguien no se compromete en la práctica o está vacilando lo saca de la cancha”, reveló.

Francis asegura que, en su época en el Team , el DT no apelaba a la tecnología de los videos para analizar a los rivales.

“Al menos cuando estuve ahí nunca se hizo, no sé si ahora que vuelve lo hará, pero trabajó bien con nosotros y tuvo un gran mérito en el título que ganamos”, recalcó el carrilero.

Por su parte, José Miguel Cubero recuerda a su extécnico como una “persona positiva que apelaba a la motivación para que el equipo saliera adelante”.

“Le daba mucha libertad al jugador para que tomara sus decisiones. Antes de los partidos sabíamos qué se tenía que hacer y qué no, así logramos ser campeones”, añadió el contención.

Cubero y Francis no olvidan la faceta de agüizotero y supersticioso del entrenador.

“Para los partidos siempre usaba una camisa negra”, recordó José Miguel.

“A mí me llamaba la atención como le gustaba repetir la ropa cuando ganábamos, una cuestión muy propia de él”, destacó por su lado Waylon. Colaboró el periodista Steven Oviedo.