Heredia. “Yo le doy el pase, pero cuando el portero le sale a achicar, digo: ‘se le va a complicar, se le va a complicar’, y cuando veo que hace ese taquito, ¡increíble”.
Víctor Núñez es quizá el que mejor puede explicar la joya de gol que Mínor Díaz le regaló a la afición herediana el martes por la noche.
El 3-1 ante Puntarenas, un taquito cargado de fantasía no fue solo sentencia de una nueva victoria rojiamarilla, fue el gol número 130 en la carrera del ariete rojiamarillo, el nuevo inquilino en la selecta lista de los 10 goleadores históricos del fútbol costarricense.
“La madurez que da el tiempo, también te libera de presiones, te empuja a disfrutar a intentar cosas diferentes, gracias a Dios me salió un gol muy vistoso y, sin duda, uno de los mejores goles de mi carrera”, afirma Díaz.
Luego de militar en varios clubes, el futbolista de 33 años y origen nicoyano regresó hace dos años al Herediano –el equipo de sus amores–, dispuesto a ser protagonista y cosechar los triunfos que un pasado le habían sido esquivos con la camiseta rojiamarilla.
“Es una etapa muy bonita la que vivo, hay un equipo muy competente, un camerino que sabe lo que quiere. Son dos etapas diferentes, tal vez no tenga la titularidad que tenía cuando estuve aquí la primera vez, pero cada vez que me dan la oportunidad trato de aprovecharla y, por dicha, los goles siempre llegan”, confiesa el delantero.
Desde su regresó a la casa florense, ha estado en cuatro finales y ganado dos títulos nacionales.
En el Invierno pasado, salió del banquillo para convertir seis tantos y ser uno de los goleadores de un Herediano que rompió récords en la historia de los torneos cortos.
Un líder. “Alguna gente me ha preguntado que ‘¿por qué juega Mínor Díaz?’, y mi respuesta es que siempre aporta. Aporta en la cancha, con goles, y aporta en el camperino, es uno de los líderes y con mucha voluntad se ha ganado un lugar en el equipo”, reconoce el técnico florense Marvin Solano.
El propio Díaz acepta que ya no es el muchachillo de 20 años que llegó por primera vez al camerino florense. Ahora, el fútbol lo ha puesto en lugar donde está obligado a ser referente para las nuevas figuras del club rojiamarillo.
“Trato de que todo ese conocimiento que he adquirido pueda implementarlo dentro del camerino, tratar de inculcar a los jóvenes el camino que hay que seguir para tener un equipo sano y exitoso”, afirma el ariete.
“La fe de Víctor (Núñez), Cristrian (Montero), Pablo (Salazar) y (José Carlos) Cancela, es que el día de mañana, cuando nos vayamos, quede algo bueno dentro del camerino, que los jóvenes vean con buenos ojos todo el esfuerzo que hicimos” , concluye.