Costa Rica vivió una de sus grandes desilusiones futbolísticas cuando el año pasado no consiguió su tercer boleto seguido a un Mundial de futbol, hacia Sudáfrica 2010, después de avanzar a Corea-Japón 2002 y Alemania 2006.
Al mando del técnico Rodrigo Kenton, la Tricolor encabezó con autoridad la hexagonal final de la Concacaf. Incluso, era el líder indiscutible al cerrarse la primera vuelta del certamen regional.
Sin embargo, sufrió una aparatosa caída: tres reveses ante Honduras (0-4), México (0-3) y El Salvador (0-1), que le costó el puesto a Kenton. Su relevo, el brasileño René Simoes, no enderezó el rumbo al final de la hexagonal y en el fallido repechaje contra Uruguay.
“La responsabilidad mayor la tuvo el cuerpo técnico. Se falló en la planificación. Se llevaron al equipo élite a la Copa de Oro y lo entrenaron en exceso. Esto fue un error garrafal. Yo conté después a siete jugadores lesionados por contracturas musculares”, consideró el técnico Manrique Quesada.