Manudos festejaron con euforia su estrella 28

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Alajuela Llenos de euforia, los manudos dejaron atrás el capítulo del sufrimiento durante el partido de la final y apenas concluyó... ¡Todo fue una fiesta !

El centro de Alajuela y sus alrededores descargó todo el estrés que le generó el equipo herediano cuando extendió el juego a tiempos extra.

“Esto es una maravilla. Es una felicidad enorme porque después de tanto sufrimiento, esto era lo que necesitábamos; ser campeones”, manifestó William Torres, aficionado de la Liga.

Todo comenzó en las gradas, cuando Álvaro Sánchez empujó el balón. Ahí explotó la afición, los bombos y el juego de pólvora.

“Los momentos finales fueron de infarto, pero cuando metieron el gol, yo sentía que el estadio se iba a caer”, contó Luisa Castillo, una alegre aficionada liguista.

Alajuelense levantó la copa y con esto las emociones de sus seguidores, que se lanzaron a las calles a festejar.

“Oe, oe, oe, oe, Liga”. O el “Liga campeón” se escuchó, a una sola voz, en incansables ocasiones.

Luego de ver la premiación, los más fiebres, fieles o fiesteros esperaron la caravana, en la cual desfiló su equipo como campeón.

“Estamos esperando al equipo, al justo campeón. Sinceramente lo merecíamos, a pesar de la lucha que nos dio Heredia. Fue un digno rival”, expresó Marvin Camacho, otro eufórico manudo.

Banderas, pitos de carros, trompetas, tambores, máscaras e incluso varias comparsas le pusieron sabor a la fiesta rojinegra.

“Este es el mejor regalo de Navidad que me pudieron dar. Se lo dedico a todos los liguistas, ya que todos somos una familia”, mencionó Diego Venegas afuera del estadio.

Los jugadores y actuales campeones desfilaron en una caravana por la calle ancha en la madrugada, donde la gente les cantó.

Dentro de toda esa marea rojinegra se encontraba un herediano entre los seguidores alajuelenses.

“No me puedo ir todavía porque los amigos con los que vine aún no se van”, relató Paulo Ramírez, un resignado aficionado herediano.