Los secretos de Luis Paradela contados desde Cuba por su madre

Desde que llegó a Saprissa, Luis Paradela se volvió un chineado de la afición. Desde Cuba, la madre del jugador contó a ‘La Nación’ la historia de la figura morada

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Luis Paradela es el segundo extranjero más importante del Saprissa, solo por detrás de Mariano Torres. Aunque lleva poco tiempo en el club, el cubano se ha ganado el corazón de los saprissistas; no obstante, él tiene sus particularidades en la vida y la persona que mejor lo conoce, Marisel Díaz, su madre, se encargó de contar quién es verdaderamente su hijo.

Como buen cubano, Paradela no era amante del fútbol, sino que por el contrario, era un fiel seguidor del béisbol; sin embargo, los caminos de la vida lo llevaron por el lado que él menos esperaba.

Luis inició jugando béisbol; no obstante, cerca de sus 11 años vivió una decepción muy fuerte que lo hizo recapacitar y tomar otro deporte como su estilo de vida: el fútbol.

“Él en el béisbol sufre una decepción muy fuerte de pequeño porque no lo seleccionan para un representativo nacional, ante esto decide hacerse a un lado y comienza, a como dicen en Costa Rica, a ‘mejenguear’”, recordó doña Marisel.

Paradela no aprendió a jugar fútbol en la calle, sino más bien lo hizo en un parque de béisbol en el que se colaba con sus amigos para practicar el balompié.

En la cancha siempre se caracterizó por ser pícaro, por ser inquieto, por incomodar y sobre todo provocar frustración en el adversario porque no lo podían controlar.

Pero es que el fútbol solo refleja lo que es la vida diaria, sino que lo diga su madre quien sufrió con las travesuras del Luis Javier de dos años.

“Una vez estábamos preparándonos para ir a un cumpleaños y comienzo a buscarlo y me doy cuenta que ya estaba en el cumpleaños, pero lo encontré todo lleno de grasa de carro... ¡Con dos años! Él era muy vivo. De hecho desde los ocho meses él estaba en educación y creo que eso me lo despabiló”, profundizó.

El hoy saprissista conoció el fútbol y desde que tocó un balón entendió que este deporte le podía cambiar la vida, porque le permitió viajar por primera vez y también fue una forma de centrar su energía.

“Él era muy travieso, muy espontáneo, yo tenía una amiga que siempre que lo veía me decía: ‘Yo quiero que mi hijo sea igual que el pelón’. Es que no era un niño pesado, ni con pena”, destacó.

La familia de Luis siempre fue humilde, la madre era cajera en una empresa azucarera y el padre también muy trabajador. Ellos son de la provincia cubana Matanzas, el municipio de Calimete y el pueblo: Jesús Rabí.

“Es un lugar tranquilo, de campo. Una zona con una plaza de béisbol, su iglesia, la empresa azucarera; pero sobre todo un lugar del que somos orgullosos de ser”, resaltó la mamá del deportista.

Según Marisel, ella le admira a Paradela su confianza en sí mismo, también su deseo incontrolable por ser deportista y no renunciar al fútbol cuando en Cuba la mayoría del apoyo se lo lleva el béisbol.

“Aquí le dan mucha prioridad al béisbol, pero hay mucho talento en el fútbol. Él nunca desistió de su sueño, eso es para admirar, aún así pasó momentos complejos, porque por ejemplo el más complicado fue en un proceso Sub-20 de la selección cubana, porque hicieron una convocatoria para ir a Francia y a él no me lo convocan y eso lo puso triste. Yo tuve que ir a La Habana y hablar con él y una profesora para levantarlo”, enfatizó.

Contrariamente, en Costa Rica sí vivió el momento más feliz tanto para ella, como madre, como para su hijo, según ella misma confesó.

“El más bonito yo digo que ha sido quedar campeón con Saprissa, porque era su primer título”, relató.

La principal virtud que ella le destaca a su ‘pelón’ es fuera de la cancha.

“Luis es muy cariñoso, muy familiar, muy atento, él no tiene nada, él es de pueblo, él si cualquiera necesita algo, él lo da sin nada a cambio, porque le nace”, explicó.

Doña Marisel no le pierde la pista a Luis Javier, al punto que está en un selecto grupo de WhatsApp, en el que le hacen llegar diferentes formas de ver a su hijo en los partidos. También ya lo visitó en territorio nacional.

“Ir a Costa Rica fue la experiencia más linda de mi vida después de parir a mis hijos. Para mí es inexplicable, yo nunca me imaginé ir a Costa Rica, estar en los mercados de allá, ver como le pedían fotos a Luis y notar que incluso los liguistas aceptan lo buen jugador que es... Eso es el orgullo más grande que puedo sentir”, añadió.

La mamá de Paradela reveló que pocas veces lo ha visto llorar, no obstante sonreír es una de las grandes cualidades que tiene el ofensivo.

“Todos los días de este mundo hablamos.Excepto el día de partido, yo lo que más hago es darle la bendición. No me gusta molestar. Si tiene mal partido cuando termina tampoco digo nada. Él es muy fiestero con la familia, disfruta mucho con la familia. Es muy querido y no presume de nada y es muy humilde”, finalizó.