Los goles para borrar el pasado

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Se jugaba el Invierno 2010 y Ariel Rodríguez vivía la mejor temporada de su corta carrera: cuatro goles en nueve juegos vistiendo la camiseta de Belén.

Era uno más de los que hizo en 39 presentaciones con Santos y estaba a dos de igualar aquellas seis celebraciones que dejaron sus 15 apariciones con los colores de Puntarenas.

Parecía que por fin se alejaba de la promesa y acercaba a la realidad y Saprissa así lo vio, metió la mano a su profunda billetera y lo fichó por tres años con la ilusión de llevarse su momento a Tibás. No pasó.

Entre lesiones y el período de acomodo el joven delantero se apagó y le dejó al saprissismo muchas dudas y ningún gol.

En los torneos venideros la situación no cambió. Rodríguez despidió el Verano 2013 como el hombre que más minutos sumó en Tibás pero tradujo esa regularidad en solo cinco conquistas, un balanza demasiado corta para esa afición.

El certamen anterior no fue diferente: cuatro goles en 17 partidos, lo suficiente para agotar su crédito con el saprissismo.

Cruzada. Por eso su arranque de este Verano tiene la promesa de un cambio detrás. Es la cruzada por llenarse de goles para borrar los malos tragos del pasado.

Con cinco anotaciones luego de ocho juegos, Ariel Rodríguez se aferra a una titular que acosa el boliviano Carlos Saucedo y que sencillamente no puede darse el lujo de soltar, mucho menos cuando está claro que el suramericano no llegó al país para calentar el banquillo.

Enfriarse sería traer los fantasmas del pasado y amenazar sus oportunidades, más ahora con el cercano regreso de David Ramírez a las canchas.

Todo eso lo sabe el sorpresivo goleador de Saprissa, la mejor carta de gol de un equipo que, como él, está urgido de alegrías.