Alajuelense viajó ayer a México con un plan muy conciso: al Cruz Azul le jugará con un bloque compacto en la media, pretendiendo recuperar el balón lejos de su área y de ahí contragolpear rápido.
Lo que Óscar Ramírez dejó ver en el Torneo de Copa da para pensar que buscará atacar tanto debilidades como fortalezas del vigente monarca de la Concachampions.
Contra sus virtudes: para quitarle la pelota –o al menos restringirle el acceso– a la Máquina Cementera, Machillo ideó un bloque compacto en la media, que une a los cinco hombres de la zaga con los dos contenciones (Ariel Rodríguez y Juan Gabriel Guzmán).
Para atacarle: el contragolpe y la táctica fija serán las principales armas manudas. La realidad indica que los azules tendrán la obligación de cargar con la iniciativa en el juego, por lo que el plan es recuperar en la media y atacar rápido el marco del portero Jesús Corona.
En eso serán vitales jugadores como Álvaro Sánchez, Armando Alonso y Johan Venegas, los elegidos por Ramírez para ejecutar la doble función de presionar al frente del ataque y volver para cerrar el paso por las laterales.
Eso es lo que se vio del plan alajuelense, pero para que funcione, será vital, como ha repetido hasta el cansancio entrenador y jugadores, no cometer errores y evitar que el Cruz Azul tome una ventaja tempranera, pues ahí sí que el partido se pondría a completa disposición del conjunto mexicano.
La intención es alargar el mal paso de los cementeros (son 14 de la Liga MX tras sumar solo dos puntos en tres juegos) y encaminar la clasificación en un grupo 6 de la Liga de Campeones de la Concacaf que completa el Chorrillo de Panamá y solo otorga un boleto a los cuartos de final del certamen.
Ayer, Alajuelense salió temprano hacia tierras aztecas. Al avión no subieron los lesionados Luis Miguel Valle ni Osvaldo Rodríguez.
Sí viajaron Pablo Antonio Gabas y Jerry Palacios, pero se espera que ambos sean suplentes en el partido que se disputará a las 6 p. m., hora de Costa Rica, en el Estadio Azul de la Ciudad de México.