Liga brilla en la tabla y arrolla en las redes

Manudos firman el mejor arranque de campeonato: 11 juegos sin perder

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El fútbol es un estado de confianza. Apenas en el minuto 4, Alfonso Quesada dudó un segundo para despejar el balón y estuvo a punto de sacarlo de su red. De inmediato, levantó su mano pidiéndole indulgencia a la afición liguista.

Los fieles que acudieron a la “catedral” lo perdonaron aplaudiéndole. A partir de ahí el guardameta no falló más y desde su puerta construyó la victoria rojinegra ante Cartaginés.

Quesada fue el pilar que sostuvo al equipo rojinegro cuando pasó congojas e inspiró la confianza de un líder que se aferra a la cima con fortaleza.

Alajuelense sacó ayer tres puntos del Morera Soto e irradia la seguridad de ser el mejor equipo del certamen.

El León no encadila, como la camiseta que utilizó su arquero ayer, pero escarba para hallar los triunfos que necesita en su meta de mantenerse arriba. Es quizás el principal mérito de los rojinegros, coleccionar victorias mientras los demás dejan unidades en el camino.

La de ayer no fue una historia muy distinta a las escritas por los hombres de Hernán Torres a lo largo del Invierno.

El blindaje brumoso se rompió por una jugada fortuita: en su intensión de quitarle la pelota a McDonald, Guzmán se lo sirvió en bandeja de plata a Ortiz, este apretó el gatillo y venció el achique de Torres en el 16’.

La Liga encontró el gol en un momento en el que no tenía claridad con la pelota y cuando ya había vivido un par de instantes de tensión en su guarida.

Los blanquiazules no merecieron irse al descanso con el marcador en contra, ya que generaron más ocasiones que el equipo casa, afortunado por un tanto que maquilló su irregular rendimiento sobre el pasto del Morera.

La debilidad cartaginesa consistió en su falta de pegada. Ofensivamente los de la Vieja Metrópoli lanzaron más a puerta pero les sirvió de poco.

Por el contrario, la fortaleza liguista se basó en cuidar mejor la pelota en el complemento y explotar las falencias de un oponente sin colmillos.

El León tuvo fortuna también. La casa rojinegra pasó del silencio al éxtasis en segundos ya que en el 84’, Álvaro Sánchez estrelló un balón en el poste y en el contragolpe McDonald clavó el 2-0.

Dos minutos después, el mismo McDonald fulminó a Cartaginés y tiñó de paliza el marcador.

La victoria, trabajada pero victoria al fin, le permitió al León firmar el mejor comienzo en la historia del club: 11 juegos sin rasguños. Brilla en la tabla y arrolla en la pizarra, la imagen que dejó Alajuelense tras la victoria sobre un cuadro que fue severamente castigado.