La llegada del atacante Froylán Ledezma a las filas del Herediano a inicio de temporada proponía de antemano que sería vital dentro de la ilusión rojiamarilla de alzar un título por primera vez en 17 años.
Los florenses le confiaron gran parte del peso ofensivo del equipo y el delantero cumplió.
Aunque es evidente que sus mejores épocas ya pasaron, su nivel sigue siendo más que suficiente para brillar en Costa Rica.
Hasta el momento suma ocho goles en el campeonato y cuatro asistencias, con una participación directa en el 32% de las anotaciones de su club, ya que los florenses cuentan con 37 tantos en los 20 partidos que han disputado.
Inclusive, también está en la pelea por ser el máximo artillero del certamen, puesto que está a solo dos de los líderes, el generaleño Ever Alfaro y el brumoso Randall Brenes (ya eliminados), y a uno del manudo Leandro Barrios.
Siete de sus anotaciones fueron desde el punto penal, no obstante, el único que consiguió en una jugada en movimiento fue quizás el más valioso de la campaña.
Ledezma fue el héroe en la agónica victoria rojiamarilla ante Santos de Guápiles en las semifinales, marcando al 87' el gol con el que Herediano avanzó a la instancia más importante del certamen.
Además, varias de sus asistencias fueron para su dupla en el ataque Víctor Mambo Núñez, con quien formó una mancuerna sumamente peligrosa, combinando potencia, velocidad y olfato de gol.
Bajo estas virtudes, Ledezma se confirmó como uno de los líderes del equipo y como uno de los favoritos de la afición florense.
Palabras. Aún así, el ariete de 32 años se bajó por completo el perfil.
Respecto a su cartel de experimentado, frente a un equipo que tiene varios jóvenes (Carlos Hernández, Jean Carlo Sánchez, José Miguel Cubero), simplemente mencionó hace unos días que “estamos ayudando a los jóvenes para que jueguen tranquilos, porque al final de cuentas es un partido más.
“Claro que con otro tipo de importancia, pero uno no puede pensar mucho en eso. Hay que disfrutar”, agregó el delantero.
También comentó acerca de su relación con la afición rojiamarilla y solo dijo que “el espectador vive del momento. Hoy soy el héroe y mañana puedo ser el villano, uno tiene que estar bien definido en eso. Por suerte, estoy satisfecho con mi trabajo en esta temporada”.
El Cachorro jugó 1.457 minutos en la temporada, a lo largo de 18 compromisos.
Los dos que no jugó se debieron a una expulsión en un encuentro de la primera fase ante Alajuelense, luego de una discusión con el defensor rojinegro Johnny Acosta.