A Luis Sequeira le pican los pies por volver a jugar y aunque le encantaría hacerlo este sábado contra Saprissa, en el clásico 321 en la historia del fútbol costarricense, sabe que aún tiene que esperar y pelear por un puesto en el día a día.
El lateral derecho rojinegro cumplió una semana de entrenarse con el resto de sus compañeros y para él, eso es un gran paso, porque esa sensación de volverse a poner los tacos es algo que añoraba.
Para él no ha sido fácil. El fantasma de las lesiones lo persiguió y cuando creyó que podía iniciar la pretemporada a finales de mayo, tras superar la lesión en el talón de Aquiles izquierdo, tuvo que someterse a un tratamiento nuevo como prevención.
El departamento médico de Liga Deportiva Alajuelense le efectuó unos estudios comparativos en las piernas y detectó que en la derecha tenía unas calcificaciones que lo hacían propenso a sufrir una lesión.
A Sequeira le diagnosticaron la enfermedad de Haglund, un padecimiento congénito y hereditario y que se corregía al removerle esas calcificaciones.
“Más que asustarme, me ‘agüevé’, como decimos, porque mi objetivo era iniciar la pretemporada con el equipo, de hecho ya me estaba preparando para eso, pero yo sé que por algo me pasó eso, por algo es que pasan las cosas, tal vez si hacía esa pretemporada me iba a pasar algo peor, entonces por dicha más bien que se detectó a tiempo, que me hice eso a tiempo y que me siento bastante bien”, manifestó el futbolista.
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Ahora está en un proceso de adaptarse de nuevo a los entrenamientos. La parte física la ha trabajado, pero últimamente trabaja más con balón y por todo lo que ha vivido en los últimos ocho meses, disfruta al máximo el levantarse temprano y saber que va a entrenar.
“Hay momentos en los que uno decía por qué a mí, por qué otra vez me pasa esto, por qué otra vez yo, estaba jugando, jugaba cuatro partidos y me lesionaba, entonces ahí entra bastante la parte de la familia, que siempre me apoyó, como mis compañeros que siempre me dan un voto de apoyo”, citó.
Además, confesó: “Yo creo que lo más duro han sido las recaídas, porque me recuperaba y me sentía bien y jugaba algunos partidos y volvía a recaer, entonces esa fue la parte más dura, en la que yo decía, será un problema de que ya no puedo jugar más fútbol o no sé, uno lo piensa, porque le pasa una vez y le pasa otra, pero lo importante es que ya hubo operación, el problema se corrigió bastante y entonces ahorita y al hoy me siento bien”.
Como es hasta ahora cuando vuelve a estar de lleno con el equipo, dijo que ha hablado poco con Andrés Carevic.
“Al principio él me comentó sobre mi lesión, no sé si habrá visto videos de partidos anteriores, tal vez por ahí si conozca la parte mía, lo único que me ha dicho es a recuperarse bien, a estar bien para que cuando me vaya a necesitar pueda responder y hacerlo bien”.
En el torneo pasado, la Liga se vio en serios aprietos por la banda derecha ante las lesiones de Luis Sequeira y José Andrés Salvatierra y por eso contrató a Jhamir Ordain. Sin embargo, a ese carrilero le ha costado y ese puesto lo adoptó Kenner Gutiérrez.
“Desde que yo empecé a entrenar otra vez con el equipo, mi objetivo es estar ahí otra vez en el once, me toca apoyar al compañero que esté, lo están haciendo bastante bien, sea Jhamir o Kenner, pero yo tengo un objetivo que es estar en el once lo antes que se pueda. Tengo que respetar el proceso que ellos han tenido, yo me lo tengo que ganar en los entrenamientos y ganarme la confianza del entrenador”, acotó.
Para este sábado, Sequeira estará en el estadio, ya no pensando en por qué a él, sino en que ya depende de él mismo y de su compromiso para volver a jugar.
“Es complicado estar en las gradas, uno se pone muy tenso, uno quisiera estar ahí, hay nervios, vamos a esperar, imagino que estaré acompañado por mis papás y por mi esposa y a ver cómo nos va”, destacó.