La bandera del tricampeón nacional –al igual que en los 11 estadios de la Primera División– ondeaba en una esquina del Ebal Rodríguez. Con la estampa del rojo y negro de fondo, Cristian Lagos anotó el gol de la victoria.
Su recompensa fue el aplauso del público cuando salió de cambio, al 78’. Un sonido muy, pero muy, distante de aquellos abucheos del Alejandro Morera Soto, cuando militaba para la Liga.
Hace unos meses Alajuelense dio de baja al espigado ariete por motivos, entre estos el fatal traído que se desarrolló entre Lagos y la afición manuda.
Por eso fue que ayer el gol, el primero del Verano del 2012, se sintió a nueva vida, revancha y esperanza para Cristian, cuya carrera ha sido un subibaja.
Tras el juego mencionó a la Liga pero sin resentimiento alguno, más que eso agradeció, con la sencillez que le acompañan, las oportunidades y aceptó que no se le dieron bien las cosas. Recuerda que el 2011 fue año perdido. No lo lamenta, solo espera que ahora le vaya tan bien como cuando era goleador de Brujas.
“Esto sabe a revancha, pero más que nada estoy contento, feliz. Tengo el apoyo de mi familia, de mis amigos. Tenía casi seis meses de que no anotaba”, comentó Lagos, quien no marcaba desde la primera fecha del torneo pasado, ante Pérez Zeledón.
Pasó la tormenta y parece que el barco de Lagos arribó a buen puerto. Ya se ganó a la hinchada, luce bien con sus nuevas tareas y el entrenador, Eduardo Méndez, le tiene en buena estima.
“A Cristian lo trajimos con la idea de que él se repusiera de los problemitas que había tenido pero sabiendo que futbolísticamente tiene mucho para dar, es un delantero muy potente. Por su puesto que lo vamos a aprovechar”, dijo Méndez después del juego.
“En Brujas, lo realicé así (como único delantero) y ahora vengo a un equipo donde se me esta dando la oportunidad y quiero aprovechar”, agregó Lagos.
Es muy pronto para sacar conclusiones. Cada jornada será una prueba para Lagos y sus compañeros, pero al menos se ve más cómodo, y hasta feliz, en el Caribe.