Las dudas abundan en la casa del Saprissa

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Según ha dicho la dirigencia morada, pase lo que pase en las semifinales, Rónald González seguirá como entrenador del equipo. Al menos eso está fijo en Saprissa.

Una derrota, otra vez, en semifinales, cuestionaría mucho el proyecto de Horizonte Morado y causaría otro cisma en el plantel, que ya se ha acostumbrado a ver muchos nuevos rostros; nuevos después de cada fracaso.

También, aumentaría a siete la racha más larga de torneos sin ser campeón del Saprissa. El monstruo nunca ha estado acostumbrado a pasar largos periodos sin sumar alguna corona.

En los ochentas la S no ganó el campeonato entre las glorias de 1982 y 1988. En total fueron cinco campeonatos de sequía.

Ahora, el equipo no ha salido campeón, ni subcampeón siquiera, desde el Verano 2010. Seis torneos, cortos, sin triunfos.

El primero en el horizonte. El actual dueño de Saprissa sigue lejos de alcanzar el gran éxito que tuvo la anterior administración.

En la era de Vergara el equipo tuvo uno de sus periodos más gloriosos. En ocho años conquistó siete títulos –tres en torneos largos y cuatro en torneos cortos– y ganó la Concacaf, accediendo al Mundial de Clubes del 2005.

En los dos años y medio de Horizonte Morado, el equipo no ha ganado absolutamente nada.

Una carencia de triunfos que no se debe realmente a una falta de inversión en la planilla.

La nueva administración ha tenido tres entrenadores (Alexandre Guimaraes, Daniel Casas y González) a los que les ha dado todo para construir un equipo ganador.

Dudas en el banquillo. Aún perdiendo ante Alajuelense, se espera que el timonel morado se mantenga en su puesto. Pero eso no indica que no crecerán las dudas relacionadas a su proyecto.

A Rónald la dirigencia le dio casi todo para armar un proyecto competitivo. En especial, le dio algo que no han tenido los otros entrenadores: la promesa de tener paciencia. González sería el único técnico de Horizonte Morado que podría pasar más de un año en esa posición.

También, le cumplió los gustos respecto a fichajes: llegaron futbolistas caros como Michael Umaña y Diego Estrada. Al tiempo que volvieron jóvenes figuras como Mynor Escoe y Josué Martínez.

De todo para armar un equipo que por momentos llenó a los morados de ilusión y parecía ser el destinado a romper ésta sequía que para la afición sabe a maldición.

Pero, entre las lesiones y otras falencias, el equipo de Rónald se desfiguró y ya no anda como favorito, al menos, en el papel dejó se serlo hace tiempo ya.

Pero, claro, la última palabra no se ha dicho, pues los saprissistas tienen dos juegos para cambiar la reciente historia, justamente ante su archirrival, la Liga Deportiva Alajuelense.