Las adversidades que remolcaron a Saprissa a su estrella 33

La muerte de Gabriel Badilla, la lesión de Hansell Arauz y las recaídas de Fabrizio Ronchetti y Heiner Mora golpearon al grupo

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Tanto en el fútbol como en la vida en general el carácter marca la pauta a seguir en un camino que puede ser de piedras.

El Saprissa logró su corona 33 en medio de un semestre donde las lágrimas y la desazón estuvieron a la orden del día.

La muerte de Gabriel Badilla, la lesión de Hansell Arauz y las recaídas de Fabrizio Ronchetti y Heiner Mora golpearon al grupo.

La mañana del domingo 20 de noviembre el camerino se estremeció por la noticia del fallecimiento de su excompañero.

Badilla, quien ya estaba retirado, tenía una relación estrecha con los jugadores, y esa mañana se notó de primera instancia que el golpe fue como un nocáut.

David Guzmán fue de los más dolidos. Sus lágrimas durante la misa y los homenajes que el club le efectuó a Badilla lo dijeron todo.

"Fue un momento que no vamos a olvidar, esas cosas afectan de dos maneras, nosotros tomamos el lado positivo y ahora se ve reflejado. Este título es para él", contó Guzmán.

Además, el 1.° de diciembre el lateral derecho Hansell Arauz sufrió una grave lesión en los ligamentos de la rodilla izquierda.

Arauz salió de cambio al minuto 13 del clásico nacional en la Cueva, pero sus compañeros jamás imaginaron que la lesión fuera tan grave.

Al entrar al vestuario en el medio tiempo, la escena fue fuerte. Arauz era atendido por el médico Esteban Campos y sus compañeros, preocupados por él, no mostraban la alegría de ir venciendo 2-0 a la Liga. Su compañero era más importante.

En el ambiente había tristeza, dolor y amargura. No coincidía con lo que la afición reflejaba en la grada. Al final, la victoria de esa noche se la dedicaron a Arauz, quien estuvo en el festejo del título con muletas.

"Para nosotros fue un momento complicado llegar y ver esa escena. Sabíamos que perdíamos a un compañero vital para los últimos partidos claves y por eso nos comprometimos a darle una alegría para desearle una pronta recuperación", detalló el portero Danny Carvajal.

Otros jugadores que no la pasaron del todo bien pero al final sonrieron fueron Ronchetti y Mora, pues ambos tuvieron recaídas por lesiones musculares en la pierna derecha.

Ronchetti fue clave en el útlimo partido del campeonato al marcarle a los ocho minutos al Herediano, mientras que Mora recobró confianza y asumió la banda derecha como en su mejor momento.

"No es fácil salir adelante de momentos así, pero siempre tuve el apoyo de mi famiila, de mis compañeros y cuerpo técnico. Siempre me hicieron sentir importante a pesar de la lesión y eso ayuda a estar de vuelta más rápido", expresó el atacante uruguayo.

Lo de Mora es un detalle aparte: sus golpes y bajonazos han sido variados en los últimos años; por eso no ocultó las lágrimas tras el cetro. "Esto se celebra a lo grande, cura cualquier herida", dijo con su medalla de campeón en el pecho.

Al final fueron cuatro momentos nada agradables con los que el técnico Carlos Watson tuvo que lidear para mantener a sus dirigidos unidos y alcanzar la meta trazada.