La zaga de Cartaginés pone a pensar al técnico Claudio Ciccia

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Cartago. Claudio Ciccia tiene calculado cada movimiento del juego de ajedrez que llegará a plantear hoy a las 6 p. m. al estadio Eladio Rosabal Cordero.

Sin embargo, el cómo acomodar las piezas que tiene disponibles en la zaga lo obliga a pensar, ya que debe reconstruir su muralla tras la ausencia por lesión de Erick Cabalceta, la expulsión de Carlos Johnson y el bajo nivel que mostró en la ida Juan Diego Madrigal por el centro.

Ciccia necesita una zona baja impenetrable que le permita lanzar a sus hombres al frente, pero sin sufrir las consecuencias atrás, ya que sabe que es vital mantener el cero atrás.

“La expulsión de Carlos Johnson nos obliga a un cambio y después estamos analizando quiénes saldrán en el once inicial”, aseguró el timonel.

El charrúa tiene dos alternativas para intentar suplir las bajas: recurrir a Andrés Sanabria, quien no gozó de regularidad con Claudio, o colocar por el centro a José Eduardo Leiva o Sixto Betancourt, ambos acostumbrados a jugar en otra zona, pero con experiencia también en ese sector.

Sanabria levantó la mano y dice estar preparado.

“El entrenador y los asistentes toman las decisiones y yo las respeto. Estoy listo, pero sé que el equipo tiene muchas variantes y es una posibilidad que juegue yo”, manifestó el zaguero.

La defensa de Cartaginés tendrá que soportar gran parte del peso del juego y es por eso que esta zona pone a pensar a Ciccia sobre cómo reestructurarla para resistir el férreo ataque florense.