La Universidad firmó a pura espuela su regreso a Primera División

Celestes igualaron 1-1 ante As Puma y se impusieron 3-2 en el global de la serie

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En el futbol, cuando las cosas se complican, hay que recurrir a la garra, al nervio, a la espuela... Y esas tres cosas les sobraron anoche a la UCR, que sin renunciar a su estilo de juego, firmó en Pérez Zeledón su regreso a la máxima categoría.

El ordenado equipo celeste se fajó de principio a fin del partido, para sacar un empate (1-1) en casa del As Puma y ganar la final de la Liga de Ascenso con un global de 3-2.

Tras la derrota 2-1 en el juego de ida, los generaleños tenían muy claro que lo suyo era irse al ataque para igualar la serie lo más pronto posible. Y a los 30 segundos de juego, Marvin Chinchilla ensayó el primer remate a marco.

Sin embargo, la U no llegó resignada a encerrarse para sufrir 90 minutos. El técnico José Giacone volvió a colocar a Andrés Núñez como volante de llegada y, con el regreso de Leonardo Madrigal al equipo titular, decidió presionar en busca de un gol que liquidara la serie.

Lo encontraron temprano. Apenas a los 9 minutos, Jonathan Sibaja recuperó un balón en las cercanías del área, desbordó por el costado derecho y sacó un centro directo hacia donde Brandon Poltronieri cerraba sin marca para nada más empujar el balón adentro.

Estar abajo en el marcador fue una bofetada para los generaleños y, lejos de bajarles los ánimos, los empujó a vivir su mejor momento en el partido.

Con la velocidad de Aaron Navarro y Rónald Salas, los locales comenzaron a acercarse poco a poco al área rival. Intentaron llevar la pelota pegada al pie, entrar tocando por el centro del área, pero siempre chocaron con la muralla defensiva celeste.

Los centros de Salas por la izquierda y Navarro por la derecha encontraban las cabezas de los zagueros celestes, y de inmediato venía el rechazo a la guerra, en busca de un contragolpe.

Al final, la igualdad llegó a un minuto del descanso y por la única vía posible. Pablo Granados recogió un balón suelto en las afueras del área celeste y desde ahí la prendió a ras de piso. La pelota se estrelló en el zaguero Owen Solís y se fue dando tumbos hacia el marco.

El portero Nieghel Drummond intentó recuperar terreno pero se resbaló cuando iba en busca del balón, que terminó escapándosele entre los dedos.

Como era de esperar, arrancaron la segunda parte totalmente encima del arco celeste. Fue un dominio asfixiante. Con más desbordes por los costados, lo que terminó haciendo mella en los jugadores académicos.

Poco a poco, a la U le empezaron a faltar piernas. Andrés Núñez y Brandon Poltronieri, que durante la inicial fueron los mejores hombres celestes, prácticamente se quedaron en el camerino: no aportaron nada en la segunda parte y les aplicaron la grúa.

Las variantes del Giacone no variaron el sistema, siguió apostando por el contragolpe y soportando los embates de un equipo generaleño claramente superior, pero que nunca encontró la forma de bajar a los celestes del bus hacia la Primera División.