La última tentación del campeonato

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Saprissa volvió a llamar al “imposible” Marco Ureña. La Liga arruga la cara imaginando al hecho en casa vestido de morado. Herediano se frota las manos y se jacta de tener ganado el pulso con José Miguel Cubero, en caso de que el legionario vuelva a casa.

Los fichajes tienen en tentación a los tres más fuertes contendientes del campeonato local.

“Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa”, deberían decir Wanchope y compañía. Desataron la urgencia de sus dos máximos rivales arrebatándoles un título para el que eran favoritos. Desataron también los nervios cuando, no conformes con el trofeo 32 en su vitrina, arremetieron con algunos fichajes logrados y otros pretendidos. Si a Penedo, Miller y David le suman un Ureña, Saprissa lograría impresionar aún antes del pitazo inicial.

Juan Carlos Rojas se ríe –ante consulta de La Nación – y califica de “utópica” la llegada del delantero exrojinegro. Si fuera tan utópica, no lo habrían contactado de nuevo esta semana. Incluso, lograron reducir la brecha entre lo ofrecido y lo pretendido, entre las posibilidades del club y las cifras esperadas por el jugador. Aún los números no calzan, pero ya caben en cualquier calculadora.

A Saprissa no le urge Ureña para el campeonato local. Tiene en Deyver Vega y David Ramírez dos atacantes con más talento del ofrecido en el pasado torneo, capaces de asumir el peso ante la partida de Bolaños y la aún en proceso de Ariel Rodríguez. Si además cuenta con un Colindres como el visto en diciembre, el ataque estaría solucionado. Para Concacaf –está claro– no bastan. Entonces, sí, Marco Ureña sería un fichaje acorde a la pretensión de competir y no solo participar bajo riesgo de

Herediano tampoco necesita a Cubero, pero no parece dispuesto a permitir que se lo lleven a la Cueva. Su llegada a una contención que ya cuenta con Granados, Azofeifa y el Gavilán Gómez no puede ser otra cosa que una cuestión de ego.

En medio queda la Liga, en busca de contención y limitada de atacantes, forzada a aumentar el presupuesto para fichajes. Ni un ¡libranos de la tentación! la salvará de invertir en un torneo que se insinúa atractivo para la afición y de confesionario para los clubes.