La UCR es el aspirante a volver al infierno de la Segunda División

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Si el campeón de una liga empieza con un pie adelante, al benjamín le toca iniciar con el precipicio a sus espaldas.

Es una realidad de casi todas las ligas de fútbol que el equipo recién ascendido debe tener como primer y casi único objetivo sobrevivir al primer año.

Así inicia la campaña de la Universidad de Costa Rica.

La U no mostró mucho en el Torneo de Copa ni hizo contrataciones promisorias, apenas tendrá para vivir de lo que le hizo ganar la Segunda: la continuidad y veteranía de sus jugadores.

De hecho, los siete refuerzos se pueden categorizar como descartes de otros clubes nacionales.

Será un año duro, de dientes apretados en cada partido y luchar por todos los puntos.

A favor tienen una lista de jugadores veteranos que han pasado mil batallas en la Primera y a todas sobrevivieron.

Arrastrar al pozo. Un Belén que no se reforzó y clubes desangrados como Limón y Uruguay son las mejores esperanzas de la UCR.

Tampoco sufrió muchas bajas Belén, pero hay que recordar que el equipo viene siendo candidato al descenso hace rato. Solo un desbocado San Carlos le pudo salvar el pellejo en la última temporada.

Limón, porque se hace fuerte en su patio y siempre saca figuras de la eterna cantera que es el pueblo caribeño, podría salvarse pronto de esta ingrata lista.

El conjunto perdió a su entrenador, Luis Fallas, y acogió la llegada de Randall Chacón para iniciar un nuevo proyecto.

El nuevo entrenador tuvo tiempo de sobra para acomodarse, pero siempre está esa duda de qué tan sólido resultará ser el conjunto.

Entre tanto, Coronado vio irse a sus dos joyas de ataque: Pablo Herrera y Erick Scott, así como al experimentado defensa Dave Myrie.

Sin altas para el Verano, es el momento de juzgar hasta dónde puede llegar la apuesta de Paulo César Wanchope, dueño del equipo, y ver si las jóvenes promesas están listos para tomar la batuta del equipo en la Primera.

Para eso los uruguayos siguen contando con veteranos probados como Johan Condenga, Marvin Ángulo y Rafael Rodríguez.

Además de sus torres defensivas, encabezados por los canteranos Keyner Brown y Seemore Johnson.