La tristeza fue corta, Cartago celebró hasta el amanecer

La afición brumosa demostró su fidelidad al esperar al segundo lugar hasta el alba

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Cartago Éxtasis en Heredia; desdicha y desaliento en Cartago. El añorado título que se niega por más de siete décadas a los brumosos nunca había estado tan cerca.

Rostros tapados, escondiendo lágrimas de dolor, caras tristes, un silencio sepulcral y la estampida casi inmediata de la afición del Fello Meza reflejaron el peor panorama para una noche en la cual la feligresía esperaba estallar en alegría por la añorada gesta y el festejo.

Pero el aficionado brumoso es distinto. Esa esperanza los hace llevar más fuerte su amor por el Cartaginés y de inmediato levantaron las cabezas y esperaron al subcampeón del Verano en las Ruinas.

Nunca se había dado una fiesta tan efusiva por un subcampeonato, tal vez la ausencia del equipo en juegos de este calibre ayudó a que la fiesta se diera, pese al combo de emociones que significó el juego.

Ya en Plaza Mayor, una tarima colocada justo al frente de la Municipalidad puso a vibrar a los brumosos entre pleitos, abrazos, cervezas y canciones rancheras.

Con tanta algarabía la Fuerza Pública detuvo a 14 personas en las cercanías del estadio Fello Meza.

Vigilia. Ya la desilusión de la derrota se había esfumado, ahora consistía en celebrar hasta el amanecer y esperar al equipo para agradecerle por despertar a todo un pueblo.

“No valía celebrar en la victoria y dejarlos solos en la derrota”, decía una aficionada que sostenía con orgullo la bandera blanquiazul.

Tal vez los festejos fueron una forma de olvidar el trago amargo, una forma distinta de sobrellevar la desilusión y la angustia.

El frío comenzó a cobijar la madrugada brumosa, que no se cansaba de esperar al equipo en el parque central de la provincia.

No fue hasta las 4:22 a. m. que los rostros de un abatido equipo brumoso se dejaron ver por la principal vía de la Ciudad de las Brumas.

No llegaron en su bus tradicional, pues ya había planes para montarlos en la carreta de un tráiler en el plantel de Lumaca, según había explicado Jorge Ortega, gerente general de la institución.

La afición, cansada por la espera, inmediatamente reaccionó y agradeció con respeto y orgullo a sus ídolos, a quienes les costó asimilar tanto calor humano.

Pocos hablaron y los que lo hicieron, como el sub capitán, Danny Fonseca, con una voz quebrada, agradecieron el apoyo.

“Este equipo no descansará hasta darle un título a todos ustedes, cada vez estamos más cerca”, dijo el capitán José Villalobos Chan .

Cartago amaneció en el parque central en medio de los festejos, olvidó la lógica y dejó atrás la frustración de dejar ir el ansiado título.

Para los cartagineses no hay deshonra en la derrota, siempre y cuando el equipo se haya fajado en la cancha. Así como el esfuerzo, la celebración no se negocia. Para ellos no hay miseria en el subcampeonato si en el partido se gastó el hasta último el cartucho.