Limón. Saprissa flaqueó en la tarea de seguirle el paso a los líderes y desentonó en una jornada en la que los más interesados en el boleto finalmente sí ganaron.
La derrota en Limón golpeó a la S en todos los flancos: no solo lo alejó de Herediano y Pérez Zeledón sino que también lo acercó a Alajuelense, ahora a tres puntos del milagro de la clasificación.
Además, volvió a traer dudas en un camerino que sigue pecando de inoportuno, y que se mantiene en el subibaja de rendimiento que vuelve a traer dudas sobre qué tantos méritos tienen los tibaseños para pensar en el título.
“Estamos dolidos, tristes por la derrota. Hoy era una muy buena oportunidad para puntuar y no tengo una explicación muy buena para lo que pasó.
“Solo me queda felicitar a Limón y nosotros levantarnos y recuperar la credibilidad que teníamos hace unos días, no dependemos de nada y el objetivo está intacto”, dijo un Rónald González que respondió con molestia en el tema de Alajuelense.
“Si vamos a clasificar va a ser por nuestros méritos, no dependemos de Alajuela ni de nadie, en el tanto que nosotros hagamos lo que nos corresponde vamos a clasificar, si no lo hacemos significa que no somos lo suficientemente capaces, no es el fin del mundo tampoco”, aseguró.
Su discurso se centró en eso, en defender la ventaja que mantiene a la S como dueña de su destino, con el agravante de que el de anoche era un rival al que había que ganarle a como diera lugar.
Limón es junto a Carmelita los dos rivales que no están metidos en la pelea por las semifinales. En cambio, ante Pérez Zeledón y Herediano la historia es otra.
Horror. El discurso de González también ahondó en el error de Adrián de Lemos en el primer gol, una acción que sin duda le marcó el destino al partido.
Con ese tanto, Limón no solo se puso arriba, sino que hizo suyo un partido en una cancha que ya de popor sí le atrofió el juego a la S.
“Nos golpea a todos el gol, fue una situación fatídica para Adrián y lo paga todo el equipo, pero es parte del futbol. Nuestra obligación como equipo era hacer algo más y en el segundo tiempo intentamos retomar el juego. Pero bueno, después vino otro gol de tiro libre, entonces hay poco qué decir”, agregó el timonel morado.
De Lemos, el villano de la noche, reconoció el error y aceptó la culpa de una derrota que admitió no estaba presupuestada.
“Admito que fallé en los goles, no veníamos presupuestando esta derrota pero hay que seguir para adelante. Ese balón (el del primer gol) venía suave, con la posibilidad de agarrar, pero el pique, la bola mojada, la cancha mojada, los guantes mojados... en fin, acepto los errores, sé que eso le bajó la moral a los compañeros”, finalizó el portero.