La película Herediano-Cartaginés tuvo el desenlace conocido

Los rojiamarillos mostraron una vez más sus cualidades ofensivas para herir al rival

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El juego de este sábado entre Herediano y Cartaginés fue como una de esas películas en las que de antemano se sabe de qué trata y cuál será el final.

De un club brumoso en crisis se esperaba poco, y así sucedió; del Team es recordar sus armas, que se amoldan según las circunstancias.

Los de casa mostraron una vez más los argumentos para herir al rival, que salió cabizbajo del Rosabal Cordero con un 3-0 que pudo ser peor.

Si se compara con su último cotejo, los brumosos quedaron menos heridos, pero la derrota sigue siendo la misma y su situación dramática.

Parte de su pobre rendimiento quedó en evidencia cuando a los 30 minutos apenas tenían un remate y era desviado.

José Leiva disparó, sin provocarle angustia al arquero herediano Leonel Moreira.

Esa acción fue muestra de lo exhibido en el resto de la noche.

La otra cara de la moneda la tenía Herediano, porque desde los primeros minutos mandó el mensaje al que ya está acostumbrado: agresividad.

Luis Ángel Landín dio el primer aviso, cuando se quitó la marca en el área, pero falló al rematar en lugar de servirle la pelota a un compañero (6’).

Después aparecieron dos jugadas más en las que estuvo presente Elías Aguilar, guía fundamental en el ataque florense.

La insistencia de los dirigidos por el técnico Hernán Medford en cualquier momento iba a ser recompensada, solo era cuestión de tiempo.

Se trataba de un monólogo de poder ofensivo contra la débil propuesta blanquiazul.

En esa historia sin sorpresas aparecieron como actores protagónicos José Guillermo Ortiz y Rándall Azofeifa. Para ellos ese papel ya es costumbre.

El delantero aprovechó un balón suelto en el área y sin marca, porque los brumosos se fueron a buscar la bola y no al jugador, disparó fuerte, imposible para Luis Diego Rivas.

El tanto significó un empujón para los locales, porque apretaron aún más el acelerador, y aunque se fueron al descanso sin otro tanto, era muy evidente quién era dueño del compromiso.

La sentencia llegó en pies del ahora goleador Rándall Azofeifa, con un penal cobrado en el minuto 58, para su décima diana.

Apenas estaba volviendo a calentar motores el conjunto de casa y Danny Fonseca le puso las cosas más fáciles, con una clara falta dentro del área.

Podría decirse que el 2-0 dio tranquilidad, porque en el fútbol todo es posible, pero más allá de eso se trató de una prueba de estar manejando el juego a su antojo, sin preocupaciones.

La fiesta en las gradas del Rosabal Cordero también recordó que en el torneo hay un mandamás, porque así como lució Herediano este sábado, ha lucido en las fechas anteriores.

Todo le sale a los rojiamarillos, sino que lo diga Julio Cruz, quien reapareció y lo hizo con anotación (83’), para cerrar una noche de poderío.