La noche más ácida de González en el banco

Una descripción de lo vivido por el técnico nacional luego de la derrota ante Ecuador

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Pereira, Colombia El tránsito por la zona mixta, el sitio en los estadios donde convergen periodistas y jugadores, debió ser una especie de Vía Dolorosa para el seleccionador costarricense Rónald González.

Pasó por ese pasillo rodeado de sus compañeros del cuerpo técnico con la mirada en alto, pero sin poder esconder que llevaba el golpe del 3-0 de Ecuador aún sin encajar.

Ese marcador le pegó en mala parte y lo dejó con una desilusión tan grande que pidió que lo dejaran chupar el ácido de la derrota (una de las más amargas de su corta carrera en el banquillo), cuando le pidieron una opinión.

Fue esa noche del sábado cuando el joven estratega de la Sub-20 comprobó en carne propia una de las circunstancias más duras que tiene la profesión de director técnico: presentarse a responder preguntas de los comunicadores luego de perder, y perder muy feo.

Sello. González llegó calmado y respondió las interrogantes como lo hace usualmente en sus conferencias de prensa: sereno, agradeciendo la consulta y dirigiéndose al entrevistador por su nombre.

Rompió el protocolo cuando prefirió saltarse el acostumbrado resumen del juego, que le permite a los entrenadores dar su particular visión del cotejo que acaba de pasar; luego se desata la batería de preguntas y respuestas.

Tal era el ánimo del técnico que prefirió brincarse y ponerle de una vez el pecho a las balas.

De una, como dicen acá, prefirió pasar ese cáliz.

Se declaró molesto e indignado tanto por el resultado, como por los goles, como porque lo practicado se quedó, por lo visto en una pizarra acrílica “que no se mueve” (como sostuvo el viernes en la conferencia de prensa previa al duelo ante los ecuatorianos).

Nunca señaló a nadie, pero insistió en que los goles en contra se dieron en circunstancias que ya estaban estudiadas.

Recordar eso le desencajaba el rostro y la expresión se le convertía en un rictus.

“Bueno, no queda más que hablar con los muchachos”, sostuvo.

No señaló a nadie, pero sí se mostró dolido cuando narró las tres jugadas que devinieron en anotaciones, todas de serios fallos en defensa, la cruz de esta Sub-20.

La conferencia de prensa duró 13 minutos con cuatro segundos.

Minutos después, el entrenador Rónald González aparecería por la zona de mixta del estadio Hernán Ramírez Villegas, de Pereira. La tristeza era indisimulable, pero iba con la mirada en alto.