La Liga se pasó de ‘lista’ y perdonó a Hernán Medford y su Cartaginés

Manudos fueron ampliamente superiores a su rival, pero abusaron del juego de lujo y al final vieron como los brumosos en el último minuto les quitaron la victoria

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Alajuelense fue más equipo que Cartaginés. El cuadro manudo consiguió ser muy superior a su rival, tanto que por lapsos en el campo pareció ser displicente. Los manudos fueron conscientes que eran mejores que los brumosos, así lo demostraron con los constantes taquitos que hicieron frente al área contraria, también las jugadas de filigrana que intentaron, sin embargo olvidaron que el fútbol se gana con goles y no con ‘toques’.

Con su accionar, la Liga no solo perdió los tres puntos, sino que perdonó a un Cartaginés en crisis y a su entrenador, Hernán Medford.

La Liga que llegó al Fello Meza no parecía dirigida por Andrés Carevic, sino por Wálter Centeno. El equipo rojinegro dejó atrás el juego vertical, rápido y de potencia para optar por una construcción más elaborada, lenta aunque de buen ver para el amante del fútbol de toque.

Alex López venía a topar a sus defensores, Bryan Ruiz le recibía seguidamente y abría a las bandas, los extremos volvían a apoyarse en el ’10′, mientras Marcel Hernández picaba hacia el punto de penal y regresaba, para así cansar a los defensores.

En el primer tiempo, Alajuelense ligó hasta 14 pases seguidos y solo se vio un plantel brumoso corriendo por todo el terreno de juego, intentando recuperar la pelota sin éxito. Más allá del gol temprano que hizo Marcel Hernández, la Liga pudo finalizar la primera parte con dos o tres tantos más.

Johan Venegas tuvo en sus pies una clara ocasión ante una flojísima marca brumosa. El mejor defensor blanquiazul fue William Quirós, quien no tuvo problema en tirarse hasta tres veces de zambullida para frenar remates que tenían el sello de anotación.

El juego manudo fue tan fluido hasta tres cuartos de cancha que los cartagineses apostaron por el juego brusco para controlar al adversario; así perdieron a Bismark Acosta antes del minuto 40. El panorama era muy sombrío para los dirigidos por Hernán Medford, porque aunque Acosta se fue expulsado también otros entraban con fuerza desmedida, al estilo de Román Torres y Mauricio Montero.

En el banco, Medford tuvo cara de pocos amigos y una y otra vez reclamó la actuación arbitral de Ricardo Montero; no obstante, la roja de Acosta fue acertada.

La Liga en el papel y en el campo fue mejor que Cartaginés. Empero, su gran pecado fue querer demostrar su superioridad con lujos. Varias veces Bryan Ruiz quedó frente al arco defendido por Marco Madrigal con ángulo para fusilar, pero prefirió quitarse dos marcas o servir a un compañero.

Jurguens Montenegro siguió el ejemplo de su capitán, mientras que Marcel tuvo solo una ocasión para anotar y la hizo. Luego se dedicó a mantener ocupado a Román Torres.

Conforme avanzó el tiempo y el León no mató a su rival, el contrario creció en mentalidad y eso lo hizo fuerte en la esperanza de igualar.

Cartaginés, con ganas y orgullo, llegó al marco de Leonel Moreira, pero no por ideas futbolísticas, sino por individualidades como una acción de Christopher Núñez, en la que el creativo quitó marcas y se adentró en el área manuda para rematar suavemente.

Así fue también como se dio una acción en el minuto 89, cuando el panameño Román Torres provocó un tiro de esquina, siendo defensor, y luego aprovechó un gran servicio de Ronaldo Araya y marcó el 1 a 1.

¿El resultado fue justo? Pues por la actitud de la Liga y las ganas de Cartaginés, sí. Al final en el ambiente quedó la sensación de que Alajuelense perdonó a los brumosos y a Hernán Medford.