Con garra, por momentos buen futbol y con alta dosis de entrega, Alajuelense consiguió una remontada –con un hombre menos– que significa la consolidación del liderato.
Lo de anoche fue un gran partido de futbol en el estadio Colleya Fonseca, en Guadalupe. Hubo emociones por doquier: la angustia de un penal, la frustración de una expulsión y goles... todo lo necesario para el espectáculo.
Gabas apareció de nuevo en el momento en el que más lo necesitaba su equipo, no solo por marcar el gol que le dio el triunfo a los manudos, al 63', sino por volver al volumen de juego que tanto extrañaban sus compañeros y la afición rojinegra.
Y es que la Liga todo lo tuvo cuesta arriba. Por eso los tres puntos saben más.
Alajuelense se mostró ansioso como aquel boxeador novato que desea un nocaut rápido, ojalá en los primeros dos rounds .
Para ello salió desde el primer minuto arrollador; o al menos esa fue su intención.
Gabas, Sánchez y Guevara se asociaban constantemente con Andrade, quien ayer lo intentó una vez más como centro delantero, pero con la misma suerte de los últimos partidos: sin puntería.
Y es que el buen juego de los manudos hacía presagiar goles tempraneros, ilusionaba a los presentes en el Colleya Fonseca y de paso parecía que sí conseguiría ese nocaut.
Contrastes. Pero todo duró apenas 30 minutos, tiempo en el que no consiguió el anhelado gol, ese golpe de motivación que les ayudara a edificar un triunfo que consolidaría el liderato del torneo.
Por el contrario, luego de esa media hora su rival, aquel que los manudos quizá pensaron débil, creció y creció; se dio cuenta que tenían el control.
Hasta que llegó el episodio infantil de la noche.
El delantero Anderson Andrade quería aportar en defensiva en tiro de esquina lechero, con tan poco tacto que propinó un empujón al coronadeño Eduardo Abarca justo frente al árbitro Pedro Navarro, quien ya de por sí andaba confundido y hasta impreciso en la conducción del partido. ¡Penal!
Condega no falló y el 1-0 al 41' trajo los fantasmas rojinegros. Para colmo, cuatro minutos después Jhonny Acosta fue expulsado con roja directa. ¡Más problemas para el Machillo!
Pero el segundo tiempo fue distinto, muy distinto, con el buen sabor para los rojinegros del gol.
Primero Allen Guevara devolvió el alma al cuerpo de los manudos para que luego Gabas sentenciara unos sudados tres puntos.
Así, Alajuelense se fue tranquila a casa con el liderato absoluto.