La Liga dejó en las redes su afán de pelear arriba

Un penal polémico abrió el camino a los erizos, que mandaron durante todo el juego

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Alajuela. El 4 a 0 en la pizarra huele a rúbrica, sentencia y lápida. Ayer fue la distancia que marcó Alajuelense sobre Pérez Zeledón, tan lejos del Sur como de su estirpe guerrera y tradicional.

El análisis del encuentro entre rojinegros y albiazules no admite dudas acerca de los merecimientos del bicampeón nacional.

La Liga ratificó en los cordeles la intención de pelear siempre arriba, de tú a tú en la tabla, con los líderes del Herediano.

Solo un gol los separa...

Lamentablemente, como suele ocurrir en el futbol de la Primera División, el arbitraje de Allen Quirós arrojó muchas dudas e influyó en las cifras.

Sin embargo, sería necio ignorar que la Liga fue un justo triunfador y que no requería del favoritismo arbitral, para alzarse con lo que fue una victoria inobjetable.

En el juego, Kendall Waston entró en la espiral del infortunio al transitar por el 13 fatídico.

Dentro del área, Waston rozó a Alejandro Alpízar. El goleador fue a dar al piso y el árbitro, simplemente, mordió el anzuelo.

Un minuto más tarde (14), Cristian Oviedo certificó en los cordeles que sabe anotar desde elpunto de penal. Es casi infalible.

Ayer, las virtudes del anfitrión se concentraron en el mediocampo. Con la jerarquía de Oviedo, el respaldo de Juan Gabriel Guzmán y el vértigo de un peón incansable que se llama Allen Guevara, los hombres del Macho Ramírez se apoderaron de la iniciativa, de la pelota y del papel protagónico.

Por eso, el toque manudo fructificó en dos ocasiones del primer tiempo en la meta de De Lemos.

A cinco minutos del cierre del primer capítulo, el Cusuco Guevara evadió a placer a los gendarmes del Sur y “fusiló” a De Lemos con un dardo encendido y cruzado. 2 a 0.

Libreto del Piscis. Si el plan estratégico de un timonel no encuentra el fervor táctico, cualquier idea se desdibuja y pierde vigencia, ante la presión que ejerce el rival.

Eso le sucedió a Carlos Restrepo. Sus pupilos no supieron interpretar, con la entrega que se requería, la sociedad del toque que, previamente, el pilot del Piscis había esbozado sobre la pizarra blanca.

La eficiencia ya descrita de Oviedo y la movilidad de Guevara, fueron dos factores suficientes para cortar de raíz los circuitos de enlace a los que aspiraba el Sur.

Para colmo de males, una falta clarísima de Johnny Acosta sobre Kendall Waston, dentro del área, fue ignorada por el juez Quirós, a dos metros de la jugada, al 53’.

Los desaciertos de Quirós continuaron. Al 84’, sancionó un penal inexistente contra Néstor Monge, trabado por Kenner Gutiérrez. Señaló penal. Cobró Kenneth García y erró el remate.

Antes, al 68’, Alejandro Alpízar había globeado un balón tras recibir en posición franca, luego de una aparatosa pifia de Carlos Rodríguez, para colocar el 3 a 0.

Piezas del Macho. La cereza en el pastel la puso Oviedo. Recibió de Alpízar y venció a De Lemos con un tiro ajustado al paral derecho.

Cuatro por cero. Sobre el papel, las fuerzas iniciales del encuentro no parecían tan abismales. Sin embargo, la jerarquía del monarca alcanzó para ganar y descansar, a la vez, a sus piezas estelares, como Pablo Gabas, quien ingresó de relevo.

Ayer, el nuevo “argentico” volvió a compartir, al calor de una tribuna agradecida, su adhesión por amor, por sangre y por Patria.