San Isidro de Coronado. Hasta la ofensiva más pobre del Invierno –al menos así ponen las estadísticas al Uruguay de Coronado– pasó por la amargura a la defensa, y en especial a la portería, del campeón nacional. Es definitivo: no hay rival lo suficientemente débil como para no complicar a este desequilibrado Monstruo.
La falta de equilibrio es, casi, la única explicación a los problemas que se ha comprado el conjunto tibaseño en la joven temporada. No es crisis ni un mar de dudas porque, haciendo cuentas, la tabla de posiciones (siempre objetiva e indiferente al modo) lo tiene al Saprissa en la cima y con el mejor goleo.
Ayer le tomó muy poco al equipo de Rónald González empezar a complicarse la vida. Ya en las primeras acciones del cotejo se palpaba el nerviosismo en el último cuarto de cancha cuando se avecinaban los atacantes uruguayos.
Apenas al 10’ se dio el bomberazo de Danny Carvajal que le empeñaba el partido a la visita. Tiro de esquina de José Eduardo Sosa, mala salida del guardameta y Joshua Díaz que aparecía en el área chica para aprovechar el regalo y anotar.
Monarca contra las cuerdas por cuarto partido en cuatro presentaciones del presente certamen.
No todo es responsabilidad de Danny. A los volantes del Uruguay hay que reconocerles una disposición y convicción que no se les había visto en las tres derrotas con las que empezaron el campeonato.
Rafa Rodríguez, Ulises Segura y Luis Pérez jugaron su mejor partido en mucho rato, majando la bola y armándose de paciencia para encontrar el momento justo de poner a trabajar a Díaz, ariete estelar en Coronado ante la convocatoria del seleccionado Jonathan Moya.
El gol fue justo para Díaz, delantero de 23 años que viene de casi un año sin fútbol y ayer supo aprovechar las lagunas que aparecen entra la media y la defensa de la S.
Intermitente. Entre el excelente nivel con el que arrancaron la campaña Marvin Angulo y Ariel Rodríguez, el afán de Daniel Colindres y las intermitencias de Diego Estrada, el Saprissa sigue encontrando ratos de muy buen fútbol. De balón a ras del césped, toque rápido y transición embestidora, como Rónald desea. No alcanza para avasallar, pero sí para apagar incendios de atrás.
Sin embargo, ayer no fue tan prolijo el juego de un equipo morado que, inevitablemente, resintió la ausencia de cinco convocados a la Selección Nacional.
A los saprissistas les tomó 26 minutos crear una verdadera opción de peligro, en un remate lejano del atacante Hansell Arauz.
Y tampoco fueron tantas las opciones para Rodríguez y compañeros en la ofensiva.
Se puede alegar que de no haber sido por el error de Elking Scoby, quien falló un rechazó y dejó a Ariel libre para caer en el área ante la salida del portero Darryl Parker, el penal no se hubiera decretado. Menos el gol del empate que marcó Jordan Smith, a seis minutos de reiniciado el juego.