La camada de Egipto se diluye entre expectativas

Pese a que las metas eran altas, la mayoría no ha podido dar el salto de calidad afuera

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Casi tres años después de sorprender con aquel histórico cuarto lugar en el Mundial Sub-20 de Egipto 2009 , esa exitosa selección nacional se diluye en medio de sus propias expectativas.

Por estricto que parezca, no se puede obviar que a este momento solo Bryan Oviedo y Esteban Alvarado han cumplido con las metas que alguna vez se trazaron para esa generación de promesas.

El primero es dueño de la banda izquierda en el FC Copenhague de Dinamarca y en la Selección Mayor; el segundo se carga de elogios en la Eredivise holandesa con el AZ Alkmaar, aunque en la Tricolor arrastra una suspensión.

Después de ahí, son poquísimos los casos que han logrado dar un salto de calidad fuera de nuestras fronteras; es más, son pocos los que exhiben el listón de figuras dentro de sus respectivos clubes.

Si bien todos cumplieron con el check de la Primera División, la ilusión con la que regresaron al país y el brillo que exhibieron en la tierra de los faraones pocas veces se ha denotado en el torneo local.

Diego Estrada, por ejemplo, sigue sin aparecer como el gran creativo que tanto añora Costa Rica, y su fallido paso por el futbol español terminó por llevarlo a tierras guatemaltecas, una liga cuando mucho igual a la costarricense.

Si bien no se discute su papel en el Comunicaciones, ni él ni la afición pensaron en el futbol chapín como destino para el conductor de esa Sub-20.

Lo mismo pasa con Diego Madrigal, a quien su paso por el Cerro Porteño de Paraguay tampoco le bastó para dar el salto, y hoy por hoy se encuentra sin equipo, luego de abandonar las tiendas del campeón Herediano.

Marco Ureña hace lo suyo en Rusia con el Kuban Krasnodar, aunque luego de 20 apariciones aún no contabiliza ningún gol.

Josué Martínez apenas da sus primeros pasos en la MLS de Estados Unidos, lo mismo que Roy Smith en Japón, si bien aún es muy pronto para juzgarlos.

También lucha por la regularidad Cristian Gamboa, quien al menos ya está ubicado en el FC Copenhague junto a Oviedo.

Menos suerte. Para los que no tuvieron el chance de salir del país el panorama tampoco es alentador.

José Mena y Ricardo Blanco están dentro de la lista de prescindibles del Saprissa; y David Guzmán hace rato perdió la batalla contra Yeltsin Tejeda, dos años menor.

Pedro Leal acaba de regresar a Puntarenas luego de andar por Eslovaquia, mientras que Derrick Johnson acabó en el convulso Herediano luego de variados intentos fallidos por salir del país.

Y la historia se repite con otros como Carlos Hernández y Kenner Gutiérrez, todos parte de una generación que amenaza con perderse para decepción propia y del país.

La camada todavía es joven, pero si no da un paso al frente pronto acabará aún más diluida entre la expectativa que su propio talento le forjó. Colaboraron David Goldberg y Gabriel Vargas.