Aunque son varios los currículum escrutados, tres nombres asoman como favoritos para tomar las riendas del Alajuelense.
El que lleva ventaja parecer ser Manuel Gregorio Keosseián.
El charrúa está libre después de salir del Marathon de Honduras y ya conoce el puesto. Fue campeón en el banquillo rojinegro en la campaña 1996-1997, hace 16 años.
“Algo hemos hablado, pero no hemos arreglado nada todavía”, sostuvo ayer Keosseián.
El estratega tuvo un lunes enredado, pues andaba visitando a su hija en Salta, Argentina, y de repente le salieron las conversaciones con el campeón nacional.
Admitió que eran pocas las negociaciones, pero que ya habían dos avances: la dirigencia le llamó y a él le “gustaría” venir.
Otra opción es Jafet Soto, quien en horas de la tarde se reunió con dirigentes rojinegros.
Sin embargo, el exfutbolista parece reacio a abandonar el proceso que tiene con la Selección Nacional Sub-20, con la que buscará el boleto para el mundial de la categoría, a jugarse en junio en Turquía.
La tercera carta es de la casa: Mauricio Montero, quien era el asistente técnico del saliente Luis Roberto Sibaja y trabajó en los victoriosos procesos de Óscar Ramírez y Javier Delgado.
“Yo solo sé que tengo que llegar mañana (hoy) a las 8 de la mañana a entrenar otra vez. No sé quién será (el próximo entrenador), no sé absolutamente nada”, dijo el Chunche al explicar que no lo habían contactado para hacerse cargo del puesto de técnico.
Montero es el favorito de la afición, que constantemente lo pide desde las graderías del Morera Soto. Aseguró que seguirá en la Liga para ayudar en cualquier puesto que lo coloquen.
“Siempre lo doy todo por la institución y, para mí, yo creo que eso es lo más importante”, agregó.
Aquel futbol de Keosseián. Del charrúa, los rojinegros tienen dos recuerdos: uno bueno y uno malo.
El primero, el título en la temporada 1996-1997, campaña que inició con la increíble cifra de 11 victorias consecutivas; el segundo, el campeonato perdido ante Saprissa en la temporada siguiente.
La Liga jugaba mejor y tenía todo para ganar el Clausura, pero perdió, contra nueve morados, en casa. La finalísima, que muchos llamaron “chorizo”, la perdió.
Pasó por la S (30 partidos en la campaña 2002-2003), donde mostró mano fuerte al expulsar a Hernán Medford y Justin Campos. Los mismos que lo sacaron del banquillo en el inicio de la “era Vergara”.