El mexicano Juan de Dios Hernández tocó la gloria en una jornada de ensueño, porque no marcó uno, ni dos goles; fueron tres tantos con los que brilló bajo la lluvia.
Encarriló a la Liga para que iniciara la segunda era de Guilherme Farinha con la victoria.
Pero también se convirtió de cierto modo en el villano, porque a partir del momento en el que Keylor Herrera le mostró la cartulina roja, los rojinegros comenzaron a sufrir.
"Yo me quedo con los tres goles, eso a uno lo llena", dijo el futbolista mexicano.
La ausencia de Hernández la aprovecharon los académicos de Jozef Miso, que aceleraron el paso, presionaron, encimaron y consiguieron dos goles en los últimos minutos.
La U iba por más y tuvo una opción clara de empatar en tiemo de reposición con un tiro libre de Freddy Álvarez.
El aporte de Hernández inclinó la balanza en un juego entretenido, de ida y vuelta, pero a la vez extraño y con morbo.
Era el retorno de Farinha al estadio que siempre ha visto como su casa, pero a la vez, en la acera del frente tenía a Miso, ese hombre que durante mucho tiempo fue su mano derecha y quien hoy solo lo ve como un excompañero de trabajo; al eslovaco le dolió profundamente que el portugués no le contara que se marcharía de la UCR.
Ni Miso alzó a ver a Farinha, ni ningún futbolista de los académincos se le acercó a saludarlo.
Hernández abrió la cuenta en el minuto 7 tras un pase del incansable Johnny Woodly.
El segundo tanto del mexicano cayó en el arranque del complemento, en el 49', con un remate rastrero de zurda, luego de un servicio del lateral derecho José Andrés Salvatierra.
La Liga montó un contragolpe con Cheché, que se apoyó con Allen Guevara y el pequeño volante le dio un pase para que él festejara una vez más, en el 58'.
Sin embargo, no todo fue alegría para el mexicano, quien salió expulsado en el 66'.
La UCR descuenta en el 76' por intermedio de Víctor Gutiérrez, tras un pase de José Mena. El segundo tanto de la U se produce en el 87', con Ignacio Quesada.
El triunfo fue para Alajuelense, pero la U dio pelea hasta el final y eso es algo que deja satisfecho a Jozef Miso.